Construida en el siglo XVI y reformada en los siglos siguientes, la obra finaliza en 1735, y se alza sobre el solar de la antigua sinagoga judía. El interior es de una sola nave con
bóveda de cañón. Destaca el
altar mayor con un
retablo barroco y grandes
columnas salomónicas. En su
calle central se encuentra la
hornacina de
San Miguel, y en el ático, el
Calvario, obra de Juan de Arenas del siglo XVII.