Hubo un pueblo unido y luchador: Pizarro. El progreso engañoso del nivel de vida "tomatero", en años posteriores, propició la competencia entre los de la misma profesión campesina y entró la desaforada división y apatía. ¡Bienvenida la savia nueva!. Aquellos niños de ayer son los...aguerridos pizarrosos de hoy. Siempre hay que sembrar con esperanza... Para aplaudir con entusiasmo el fruto en unos jóvenes que, sin encomendarse a siglas ni falsas prudencias estériles, nos han despertado para añorar aquella lucha y unión de antaño. Y lo han hecho tan de primera que, ni al mismo León Felipe, poeta malogrado, hubiese pensado que lo que dijo se iba a aplicar en estos Campo Lugar y Pizarro de nuestros amores: "Lo importante no es llegar solos y antes, sino juntos y a tiempo". ¡Gracias por vuestro aldabonazo!.
"Un pizarreño del amor primero".
[GoogleBarVIP= 2].
"Un pizarreño del amor primero".
[GoogleBarVIP= 2].