No fue un intento de restauración ya que no se conocía todavía el estado de la talla, solo se realizó un estudio de la santa imagen para incluirla, junto con otras imágenes de vírgenes extremeñas, en un libro que estaba realizando de. Florencio García Mogollón, profesor de arte de la Universidad de Extremadura.
Para ello hubo que despojarla de todas las telas que ocultaban la preciosa talla gótica, sujetas con cuerdas y grapas al cuerpo, vestida como si fuera una muñeca de trapo.
Se tomaron todo tipo de garantías y precauciones, estando presente el señor cura de Cañamero, un sacerdote del obispado, el profesor de arte y las señoras camareras encargadas de vestir a la Virgen de Belén.
Hoy día y gracias a aquel magnífico estudio, todos los cañameranos podemos conocer la época, admirar el estilo artístico y el estado de abandono en que se encuentra nuestra Virgen.
El paso siguiente será sin duda restaurarla en su estado original.
Para ello hubo que despojarla de todas las telas que ocultaban la preciosa talla gótica, sujetas con cuerdas y grapas al cuerpo, vestida como si fuera una muñeca de trapo.
Se tomaron todo tipo de garantías y precauciones, estando presente el señor cura de Cañamero, un sacerdote del obispado, el profesor de arte y las señoras camareras encargadas de vestir a la Virgen de Belén.
Hoy día y gracias a aquel magnífico estudio, todos los cañameranos podemos conocer la época, admirar el estilo artístico y el estado de abandono en que se encuentra nuestra Virgen.
El paso siguiente será sin duda restaurarla en su estado original.