(PEQUEñAS NARRACIONES)
LA EMBVIDIA
La envidia maligna es un factor corrosivo el cual no deja vivir al que la ostenta haciéndolo llegar a situaciones desagradables, asta tal punto que es capaz de dar un ojo suyo por ver quedar ciego al contrario.
Erase una vez un envidioso, que tan desesperado estaba, al ver que no podía lograr sus fines, decidió arrojarse por una ventana, cayendo al vacío desde una altura de veinte metros, yendo a parar a un patio con el suelo de cemento quien lo recibió amablemente. Al ver el suicida envidioso que no se había lastimado en su desventura, decidió meditar sobre su desdicha a la que llegó a una conclusión-exclamando, - ¡ o pobre de mí ¡ ¿ porque soy tan necio ?, si la envidia solamente me acarrea desgracia ?, Debo cambiar la envidia por la bondad, pues de la bondad recibiré compensación, para comprender que lo que hace mi adversario puedo hacerlo yo.
El envidioso cambió de adtitud, su comportamiento era distinto, la envidia la cambió por bondad, comenzó a coger amistades y su felicidad redundó en progreso el que le hizo ser merecedor de persona respetable y relevante.
Tani.
LA EMBVIDIA
La envidia maligna es un factor corrosivo el cual no deja vivir al que la ostenta haciéndolo llegar a situaciones desagradables, asta tal punto que es capaz de dar un ojo suyo por ver quedar ciego al contrario.
Erase una vez un envidioso, que tan desesperado estaba, al ver que no podía lograr sus fines, decidió arrojarse por una ventana, cayendo al vacío desde una altura de veinte metros, yendo a parar a un patio con el suelo de cemento quien lo recibió amablemente. Al ver el suicida envidioso que no se había lastimado en su desventura, decidió meditar sobre su desdicha a la que llegó a una conclusión-exclamando, - ¡ o pobre de mí ¡ ¿ porque soy tan necio ?, si la envidia solamente me acarrea desgracia ?, Debo cambiar la envidia por la bondad, pues de la bondad recibiré compensación, para comprender que lo que hace mi adversario puedo hacerlo yo.
El envidioso cambió de adtitud, su comportamiento era distinto, la envidia la cambió por bondad, comenzó a coger amistades y su felicidad redundó en progreso el que le hizo ser merecedor de persona respetable y relevante.
Tani.