La planta del centro recibe este nombre popular porque al secarse se obtienen de ella una especie de florecillas redondas y flotantes que se usaban como lamparillas para alumbrar al Santísimo en el Sagrario cuando este alumbrado era con lámparas de aceite. Había que cambiarlas diariamente porque llegaban a quemarse. Después se sustituyeron por las velas rojas que vemos ahora.