Si algo no se debe perder en el tiempo son las tradiciones de los pequeños municipios, que escriben la historia de una localidad, hacen que persistan las costumbres y mantienen el interés de los vecinos y visitantes. Un ejemplo de ello son las celebraciones de los Quintos, esas generaciones de jóvenes que, fieles a las tradiciones, quieren seguir manteniendo lo que hacían sus padres, abuelos y bisabuelos, muchos años atrás. Empezaron con mucha fuerza los quintos de la Conquista aupados por Luna que se encarga de realizar el festín de la fiesta que se puede apreciar en la fotografía, hace de esto ya próximamente la friolera de diez años. Esto es ponerse morado y luego sube el colesterol. que bien no lo pasamos ese dia, espero poderlo repetir