Vetusta y sólida
ermita que contiene atrayente imaginería y cuya construcción de una sola nave data del siglo XVI, que sufrió grandes reformas en el siglo XVII. Hay que destacar de su interior el
altar con una imagen de un
Cristo cruficado del siglo XV con azulejos talaveranos y el
escudo fechado en 1560, perteneciente a la desaparecida ermita de
San Martín y por amenaza de
ruina fueron trasladados a ésta, cerrando así la
historia de la interesante y milenaria ermita-cenobio.