Efectivamente, conozco la historia, pero no fue a un campesino, fue a un pastor, fue por la noche, aproximadamente lo podemos situar en los años 1920-1924 Entremos en la historia: Bien entrada ya la hora en que el pastor se habia retirado en su choza a descansar, era invierno, y esa noche hacia un frio especial diferente, el aire soplaba como si fuera a arrancar los arboles, ni los lobos, muy frecuentes en ese tiempo (hasta el famoso "quemorro" de 1963) estaban fuera de sus cuevas, el pastor encendio una hogera en la puerta de su choza, con ello pretendia calentarse un poco y arrancarse ese frio gelido que no le dejaba descansar, las obejas amontonadas unas sobre otras, no emitian ningun tipo de ruido, verdaderamente el frio que el pastor sentia, se debia tambien en gran medida al profundo silencio y a la oscuridad de una noche de Noviembre sin estrellas y sin rastro de luna.
De pronto dos golpes secos en el porton le sacan del desasosegado duermevela en que estaba sumido y sobresaltado el pastor se dirige hacia fuera de la choza, ese hombre acostumbrado a estar entre obejas ve ante si una mujer, ¡amigo y que mujer! la sorpresa le aturde y sin mediar palabra cuando quiere darse cuenta esta dentro de la choza sentado y ante si aquella mujer, que le rodea con sus brazos, le envelesa, y asi el pastor enbriagado de sensaciones, sin ser conciente del tiempo se avandona y deja hacer, de pronto todo para queda quieto, y la mujer le mira fijamente a los ojos y con calida voz le pregunta: ¿Dondeee eestaaa eel Cordeeero? el pastor que no sale de su asombro, contesta tituveante señalando el caldero, -Ahi las sobras de lo que quedo anoche de la cena -Si quiere, lo puedo calentar y...
La mujer se revuelve y le replica que el Cordero es el y que ha venido a llevarselo, nuestro pastor hecha mano a su alforja saca un crucifijo de madera, lo enfrenta a la mujer y grita con toda la fuerza de sus pulmones ¡Jesus Cristo salvame! ¡¡San Martin auxiliame!! ¡¡¡Virgen de Guadalupe defiendeme!! la mujer da un salto y sale autoproyectada de la choza y en ese momento, es cuando el pastor ve que esa mujer tiene las patas e cabra, arremete contra ella crucifijo en ristre, y sacando fuerzas de no sabe donde le increpa en nombre de Dios: gritando ¡¡Satanas!Satanas! deja me en paz con mis obejas,
¿Cuanto duro la lucha? no lo se, pero, en ese momento amigos un rayo de sol, el primero del dia, destellando con mas fuerza que nunca, se fue abriendo camino entre las tineiblas dejando paso al amanecer inundando y llenando de luz en un instante las laderas de Tormantos, el pastor vio como, ante su asombro, la mujer hermosa pero con patas de cabra, poco a poco se fue desvaneciendo ante el y desaparecio.
Asi me lo contaron y asi os lo cuento y honrro la memoria de quien hace tanto tiempo me relato de esta historia.
No se bien si se la contaron a el o el fue el que vivio la historia, nunca lo supe, pero lo cierto es que historias como esta me conto bastantes, por ejemplo Los conviados de piedra del puente de Cuacos, La noche de la apuesta, el clavo en la puerta del Cementerio, El amigo del camino desde Garganta a Cuacos aquella noche de luvia y tantas otras...
-son historias de cuando no habia ni radio ni television, y te las contaban al rededor del calor de la lumbre, sobre todo... En las matanzas por Enero-
Asi era Garganta antes de ser declarada Rincon Hitorico Artistico (de lo que me alegro prufundamente) y ocurrian estas historias propiciadas por el ambiente aislado en que se encontraba su gente, la imaginacion cubria casi todo tipo de carencias en los aspectos de comunicacion, eran capaces de hacer bajar a Dios y al Demonio en la misma noche y a la mañana siguiente habia una historia mas para la concurrencia -Lo digo con cariño con todo el cariño, y admiracion por aquel tiempo-
Este relato es testimonio de esas circunstancias que me tocaron vivir.
De pronto dos golpes secos en el porton le sacan del desasosegado duermevela en que estaba sumido y sobresaltado el pastor se dirige hacia fuera de la choza, ese hombre acostumbrado a estar entre obejas ve ante si una mujer, ¡amigo y que mujer! la sorpresa le aturde y sin mediar palabra cuando quiere darse cuenta esta dentro de la choza sentado y ante si aquella mujer, que le rodea con sus brazos, le envelesa, y asi el pastor enbriagado de sensaciones, sin ser conciente del tiempo se avandona y deja hacer, de pronto todo para queda quieto, y la mujer le mira fijamente a los ojos y con calida voz le pregunta: ¿Dondeee eestaaa eel Cordeeero? el pastor que no sale de su asombro, contesta tituveante señalando el caldero, -Ahi las sobras de lo que quedo anoche de la cena -Si quiere, lo puedo calentar y...
La mujer se revuelve y le replica que el Cordero es el y que ha venido a llevarselo, nuestro pastor hecha mano a su alforja saca un crucifijo de madera, lo enfrenta a la mujer y grita con toda la fuerza de sus pulmones ¡Jesus Cristo salvame! ¡¡San Martin auxiliame!! ¡¡¡Virgen de Guadalupe defiendeme!! la mujer da un salto y sale autoproyectada de la choza y en ese momento, es cuando el pastor ve que esa mujer tiene las patas e cabra, arremete contra ella crucifijo en ristre, y sacando fuerzas de no sabe donde le increpa en nombre de Dios: gritando ¡¡Satanas!Satanas! deja me en paz con mis obejas,
¿Cuanto duro la lucha? no lo se, pero, en ese momento amigos un rayo de sol, el primero del dia, destellando con mas fuerza que nunca, se fue abriendo camino entre las tineiblas dejando paso al amanecer inundando y llenando de luz en un instante las laderas de Tormantos, el pastor vio como, ante su asombro, la mujer hermosa pero con patas de cabra, poco a poco se fue desvaneciendo ante el y desaparecio.
Asi me lo contaron y asi os lo cuento y honrro la memoria de quien hace tanto tiempo me relato de esta historia.
No se bien si se la contaron a el o el fue el que vivio la historia, nunca lo supe, pero lo cierto es que historias como esta me conto bastantes, por ejemplo Los conviados de piedra del puente de Cuacos, La noche de la apuesta, el clavo en la puerta del Cementerio, El amigo del camino desde Garganta a Cuacos aquella noche de luvia y tantas otras...
-son historias de cuando no habia ni radio ni television, y te las contaban al rededor del calor de la lumbre, sobre todo... En las matanzas por Enero-
Asi era Garganta antes de ser declarada Rincon Hitorico Artistico (de lo que me alegro prufundamente) y ocurrian estas historias propiciadas por el ambiente aislado en que se encontraba su gente, la imaginacion cubria casi todo tipo de carencias en los aspectos de comunicacion, eran capaces de hacer bajar a Dios y al Demonio en la misma noche y a la mañana siguiente habia una historia mas para la concurrencia -Lo digo con cariño con todo el cariño, y admiracion por aquel tiempo-
Este relato es testimonio de esas circunstancias que me tocaron vivir.