Aunque mis padres se fueron del pueblo siendo yo una niña, todavía recuerdo (y añoro) el olor de las chimeneas en invierno y el ruido del agua de la garganta. Es cierto que es uno de los pueblos más bonitos que conozco y tambien menos cuidados por su ayuntamiento. Espero que alguien se de cuenta y lo remedie a tiempo. Y para los que no lo conoceis acercaros aunque sea en una escapadita, merece la pena.