Este, obviamente, es el Ayuntamiento nuevo, y en su pequeña plaza, Plaza de LAS COVACHUELAS, en mis años de niñez, jugábamos a las cuatro esquinas, estas eran. La esquina de tio CHIQUENAS, hoy de su hija Juliana, la cruz en la pared de la escuela de las muchachas, ya desaparecida, la esquina de mi abuelo Justo, hoy mi tia Victoria y por último la ventana de la escuela de los muchachos, con una reja doblada, por donde se escapó uno de mis héroes infantile, MOLA.