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GRANADILLA: A GRANADILLA...

A GRANADILLA

Si un día yo me perdiese,
y me fueseis a buscar,
buscarme en este edén perdido
donde aún se puede soñar.

Viejo pueblo que te asientas
en un aislado otero,
desde él; tus ojos contemplan
el tortuoso sendero.
Camino por donde un día
tus hijos lejos partieron
en obligado destierro.

Tu cabeza erguida con orgullo
cual corresponde a un noble caballero,
tu frente altiva, tu mirada al frente,
tu rostro arado por el pasar del tiempo.
En tu cabeza noble apenas quedan
algunos de aquellos tus cabellos.

Quedaste tan solo y tan aislado,
tus calles las ocupo el silencio,
las recorre la soledad y la tristeza,
en ellas sólo se escucha ese vacío
que al caminar va dejando el tiempo.

En tus casas y calles ya no hay algarabía,
ni en tus lares arde ningún fuego.
Sólo se escucha el gemir del caer la lluvia,
cuando irrumpe monótona en el silencio.

En tus vanos no hay puertas de madera,
ni en tus hogares cuecen los pucheros,
en tus tejados no queda teja alguna,
tus casas tienen por cubierta
el limpio y azul cielo.

Sólo se escucha la brisa del pantano,
que va ocupando el espacio de los tiempos.

Tus aulas ayer llenas de alegría
de risas, de voces, de cantos, de rezos,...
Hoy su espacio está lleno de zarzas, de ortigas,
de espinos, de hierba y de helechos.
Es la Naturaleza que todo lo invade
y bajo su verde manto todo lo va escondiendo.
Esconde historias y vivencias,
esconden amores y recuerdos.
Paredes que hablan de de tiempos ya lejanos
de amores limpios y sinceros.
Amores de niños; los primeros.

De nostalgia has muerto esperando,
tiempos que a ti jamás nunca volvieron.
Tiempos que fueron pasados y presentes,
en que por tus calles los niños
jugando, gritaron y corrieron.
Caminaron por ellas campesinos,
nobles damas y altivos caballeros
reyes y reinas en ti siempre encontraron
la paz, solaz, cobijo y aposento.
En tus calles se ven nobles moradas
fachadas con blasones de abolengo
en tus casas y campos han vivido,
hombres que gozaron, amaron, murieron.

Hoy de ti solo quedan tus calles ya vacías.
y en tus casas la ruina de los tiempos,
en ti ya sólo habita la tristeza
amiga inseparable del silencio.

Tus altivas y aguerridas murallas,
que de poco o nada te sirvieron,
y ese castillo tuyo, alerta centinela,
que sale al encuentro del viajero
se encuentra muy solo y olvidado
tan solo y olvidado en el tiempo.
Rodriguezrodri. Noviembre. 2002.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Antonio, si al final va a resultar que eres un poeta....
Efectivamente soy hijo de Aquilino y me llamo como él. Ahora mismo estoy currando y no puedo extenderme en los comentarios.
Pues eso... ya te comentaré más extensamente....

Recibe un abrazo,

Caho,