GRANADILLA: III...

III

Fuimos a casa del lobato,
que tenía el casino del miradero,
y allí se entabló otro pugilato
En el casino estaba un señorraco,
por lo visto, muy severo, que era;
el dueño del hato y también del ovejero:
con quien yo, tuve el conato.

El me dijo muy zalamero;
Quico creo que te enfadas,
por que uno pide un frasco
igual que si llaman a un perro,
que sus dueños así lo llaman
que hoy, se llaman muchos perros, Paco.

Lo cual yo mosqueado contesté, al majarraco
con el rostro en todo mis fueros:
Oiga... Conmigo Vd, no pasa el rato!
y se echó a reír de mi diciendo:
A ti te llaman Francisco, Frasco, Quico, Paco
y luego te apodan perro, y sino....
Que te hubiesen puesto gato!.

¿Haberme llamado Vd, perro?
por esto me desespero, ¡esto no se lo tolero!
y le arreé con un plato
que estaba sobre el testero;
señores! se armó un refragato,
que salieron también mis compañeros.
Allí volaban los tajos,
hasta salió el tabernero con
genio y con arrebato,
pero señores; al poco rato,
estaba allí tirado, el tabernero
el ganadero, Y Paco y todos mis compañeros.

Uno grita, a ti te mato!
Otro dice, aquí te entierro!
y no... se sabe quién riñe,
con este refregoteo, si.. soy yo
el ovejero, mis amigos o el tabernero,
o es una riña de gatos.

IIII

Bueno, señores, se acabó el conato
de los nombres, y del perro.
Solo deseo tener un hijo,
al que pueda llamar Francisco, Frasco,
Quico o Paco.......
Pero que no se deje llamar perro...
Que por eso yo, me desespero ¡ni tampoco lo tolero!
y al osado lo cojo y lo desbarato.

Aquí se acaba el relato
de los nombres y del perro,
los ganaderos... y los platos!
... Pues darme un vaso primero..
.. Qué! os ha gustado el relato?
Pues.... Buenas noches! y hasta luego.

El perro.