GRANADILLA
Y SU PASADO
I
Esta tarde en Granadilla
dejaba volar mi mente
y en la plaza de la villa
me imaginé mucha gente.
Los chiquillos daban voces
sus madres que los llamaban,
ellos corrían veloces
por eso no lo escuchaban.
Era todo un griterío
lo escuché tranquila mente
los mozos iban con brío
para despejar su frente.
Pasan solas las muchachas
buscando a sus compañeras,
van listas y vivarachas,
se nota que están solteras.
Hacen corros los mayores,
todos hablan de lo mismo,
les han llegado rumores,
los invade el pesimismo.
Todo ha ido muy de prisa,
dicen los más habladores, que van a hacer una presa
que anegara sus sudores.
Cubrirá todas las vegas,
terrenos de labrantío
caminos y carreteras
y los va a dejará sin río.
Cada vez es más seguro,
todo el mundo lo comenta,
esta inseguro el futuro
ya que el rumor se sustenta.
Le preguntan al alcalde
y les dice con tristeza:
ojalá se hablase en balde
pero se habla con certeza.
Se corre la voz de pronto
y todo el mundo se entera,
se resignan en el fondo
no le ven otra manera.
En Consejo de Ministros
dicen que van a expropiar
harán muchos estropicios
pero los piensan pagar.
Sin tierras que trabajar
no necesitan las casas,
las tienen que abandonar
y habrán de quedar cerradas.
El enemigo las compra
poco más que regaladas
el pago no se remonta
ni al valor de las fachadas.
Cuántas noches sin dormir
la pobre gente pasaba
no sabiendo el porvenir
que ha sus vidas esperaba.
La madre queda a su hijo
en una fosa enterrado
ya no le dará cobijo,
lo dejará abandonado.
De tanto llorar a solas
sus ojos se le han secado
se le hacen largas las horas
para marchar a su lado.
Nadie olvidará jamás
dónde quedan sus raíces
pues no verán nunca más
aquellos años felices.
No fue por su voluntad
que la gente se marchara
¡mira qué casualidad!
que el pantano lo inundara.
Nunca se puede olvidar
a pesar de la nobleza,
que te fuercen a marchar
doblegando la cabeza.
De Granada a Granadilla
de Granadilla a Granada,
fíjate si tu semilla
ha sido desparramada.
En muchas partes de España
y partes del extranjero
los granos de esta Granada
han buscado su granero.
II
Una tarde de visita
me encontré con un nativo,
que al salir de Granadilla
estuvo hablando conmigo.
Después que se presentó
pregunté donde vivía
-muy lejos... Me contestó.
Ya mucho que no venía.
Sólo por curiosidad
otra vez he regresado
por si hubiese novedad,
y al llegar, me he preguntado:
¿Dónde estarán los molinos?
¿dónde estarán los lagares?
ya no se ven los caminos
que van a los olivares.
Fíjate si yo he pasado
camino de las “Calamas”
sobre los mulos montado
sorteando entre las ramas.
Mira si se divisaba
el alto la “Pitanilla”
como un centinela estaba,
vigilando Granadilla.
¡Y el camino de las eras!
camino de mis amores
donde las chicas solteras
jugaban entre las flores.
Me subí por la Muralla
rodeando las Longueras
allí libré mil batallas
debajo de sus higueras.
Entonces éramos niños
ya vamos para mayores
pero me queda el cariño donde tuve mis amores.
Está cayendo la tarde,
¡mira que puesta de Sol!
Es una vista agradable,
no hay otra vista mejor.
-Le invadía la tristeza,
se notaba en su semblante,
por su aspecto juraría,
que debe ser emigrante.
III
Parece que estaba triste,
yo solamente, escuchaba:
- ¿Te ha gustado lo que viste?
¿has visto lo mal qué estaba?
-Aquí tuve ante pasados,
- ¿sabes como los llamaban?
-” Reniegas”… o “renegados”,
lo que sí sé, es que pescaban-.
-Han pasado tantos años
que no puedo recordar,
soy aquí como un extraño
naciendo en este lugar.
Hablando de Granadilla
muchas veces he escuchado,
que esta hermosa maravilla
la habían abandonado.
No es esta la realidad,
los hijos de Granadilla,
siempre amamos de verdad
las murallas de la villa.
En aguas del Alagón
más de una vez he pescado
y en las tierras del “rincón”
muchas veces he segado.
En la torre del castillo
nos subíamos a jugar
eran cosas de chiquillo
que jamás podre olvidar.
IV
¡Qué diría la “Aldobara”!
testigo de tantas cosas,
si la dejasen que hablara…
diría cosas hermosas.
Contaría de los “Moros,”
hablaría de las bodas,
de tantas tardes de toros,
de cómo andan las modas.
Es seguro que mis primos
de este agua beberían
y que alguna vez los limos
con sus manos sacarían.
Que mi tío Ceferino
a su lado pasaría
para bajar al molino
donde el trigo molería.
De aquello no queda nada
el agua se lo tragó,
y lo poco que quedaba
el tiempo lo derribó.
V
-Cada vez vendremos menos
a visitar Granadilla,
que fundaron sarracenos
dando el título de villa.
Alguien deberá contar
la verdad de lo ocurrido
y que no se vuelva a dar
ningún caso parecido.
Los que más y los que menos
en sus carnes lo han sufrido
y jamás olvidaremos
lo que aquí se ha padecido.
Está cayendo la tarde
en los muros de la villa,
si no estamos en la calle
nos cerraran la angarilla.
De muralla para dentro
tuvimos hecha la vida
pero, llegado el momento preparamos la partida.
Fue culpa del dictador,
que tuvimos que marchar
hoy miro a mi alrededor
y no lo puedo explicar.
La tarde se oscureció
y llegó la despedida,
el nativo me abrazó
con la mirada encendida.
Se le anegaron los ojos
con lagrimas contenidas
terminaron mis enojos,
¡Todo, termina en la vida!
A mi hermano Ceferino,
y a la otra, Bienvenida,
me los arrancó el destino,
pasaron a mejor vida.
En Pamplona, están sus restos,
mis padres en granadilla,
¿Dónde habrán de ir los nuestros?
la pregunta, no es sencilla.
- ¿Cómo se llama el señor?
-Macario: me contestó.
siempre he sido agricultor
ese oficio, me gustó.
muchas fanegas de trigo
sacamos los labradores
para dar pan al mendigo
y también a los señores.
Hoy me he acercado hasta aquí
para dar la despedida
al pueblo donde nací
que querré toda mi vida.
Crispín García Paule
Y SU PASADO
I
Esta tarde en Granadilla
dejaba volar mi mente
y en la plaza de la villa
me imaginé mucha gente.
Los chiquillos daban voces
sus madres que los llamaban,
ellos corrían veloces
por eso no lo escuchaban.
Era todo un griterío
lo escuché tranquila mente
los mozos iban con brío
para despejar su frente.
Pasan solas las muchachas
buscando a sus compañeras,
van listas y vivarachas,
se nota que están solteras.
Hacen corros los mayores,
todos hablan de lo mismo,
les han llegado rumores,
los invade el pesimismo.
Todo ha ido muy de prisa,
dicen los más habladores, que van a hacer una presa
que anegara sus sudores.
Cubrirá todas las vegas,
terrenos de labrantío
caminos y carreteras
y los va a dejará sin río.
Cada vez es más seguro,
todo el mundo lo comenta,
esta inseguro el futuro
ya que el rumor se sustenta.
Le preguntan al alcalde
y les dice con tristeza:
ojalá se hablase en balde
pero se habla con certeza.
Se corre la voz de pronto
y todo el mundo se entera,
se resignan en el fondo
no le ven otra manera.
En Consejo de Ministros
dicen que van a expropiar
harán muchos estropicios
pero los piensan pagar.
Sin tierras que trabajar
no necesitan las casas,
las tienen que abandonar
y habrán de quedar cerradas.
El enemigo las compra
poco más que regaladas
el pago no se remonta
ni al valor de las fachadas.
Cuántas noches sin dormir
la pobre gente pasaba
no sabiendo el porvenir
que ha sus vidas esperaba.
La madre queda a su hijo
en una fosa enterrado
ya no le dará cobijo,
lo dejará abandonado.
De tanto llorar a solas
sus ojos se le han secado
se le hacen largas las horas
para marchar a su lado.
Nadie olvidará jamás
dónde quedan sus raíces
pues no verán nunca más
aquellos años felices.
No fue por su voluntad
que la gente se marchara
¡mira qué casualidad!
que el pantano lo inundara.
Nunca se puede olvidar
a pesar de la nobleza,
que te fuercen a marchar
doblegando la cabeza.
De Granada a Granadilla
de Granadilla a Granada,
fíjate si tu semilla
ha sido desparramada.
En muchas partes de España
y partes del extranjero
los granos de esta Granada
han buscado su granero.
II
Una tarde de visita
me encontré con un nativo,
que al salir de Granadilla
estuvo hablando conmigo.
Después que se presentó
pregunté donde vivía
-muy lejos... Me contestó.
Ya mucho que no venía.
Sólo por curiosidad
otra vez he regresado
por si hubiese novedad,
y al llegar, me he preguntado:
¿Dónde estarán los molinos?
¿dónde estarán los lagares?
ya no se ven los caminos
que van a los olivares.
Fíjate si yo he pasado
camino de las “Calamas”
sobre los mulos montado
sorteando entre las ramas.
Mira si se divisaba
el alto la “Pitanilla”
como un centinela estaba,
vigilando Granadilla.
¡Y el camino de las eras!
camino de mis amores
donde las chicas solteras
jugaban entre las flores.
Me subí por la Muralla
rodeando las Longueras
allí libré mil batallas
debajo de sus higueras.
Entonces éramos niños
ya vamos para mayores
pero me queda el cariño donde tuve mis amores.
Está cayendo la tarde,
¡mira que puesta de Sol!
Es una vista agradable,
no hay otra vista mejor.
-Le invadía la tristeza,
se notaba en su semblante,
por su aspecto juraría,
que debe ser emigrante.
III
Parece que estaba triste,
yo solamente, escuchaba:
- ¿Te ha gustado lo que viste?
¿has visto lo mal qué estaba?
-Aquí tuve ante pasados,
- ¿sabes como los llamaban?
-” Reniegas”… o “renegados”,
lo que sí sé, es que pescaban-.
-Han pasado tantos años
que no puedo recordar,
soy aquí como un extraño
naciendo en este lugar.
Hablando de Granadilla
muchas veces he escuchado,
que esta hermosa maravilla
la habían abandonado.
No es esta la realidad,
los hijos de Granadilla,
siempre amamos de verdad
las murallas de la villa.
En aguas del Alagón
más de una vez he pescado
y en las tierras del “rincón”
muchas veces he segado.
En la torre del castillo
nos subíamos a jugar
eran cosas de chiquillo
que jamás podre olvidar.
IV
¡Qué diría la “Aldobara”!
testigo de tantas cosas,
si la dejasen que hablara…
diría cosas hermosas.
Contaría de los “Moros,”
hablaría de las bodas,
de tantas tardes de toros,
de cómo andan las modas.
Es seguro que mis primos
de este agua beberían
y que alguna vez los limos
con sus manos sacarían.
Que mi tío Ceferino
a su lado pasaría
para bajar al molino
donde el trigo molería.
De aquello no queda nada
el agua se lo tragó,
y lo poco que quedaba
el tiempo lo derribó.
V
-Cada vez vendremos menos
a visitar Granadilla,
que fundaron sarracenos
dando el título de villa.
Alguien deberá contar
la verdad de lo ocurrido
y que no se vuelva a dar
ningún caso parecido.
Los que más y los que menos
en sus carnes lo han sufrido
y jamás olvidaremos
lo que aquí se ha padecido.
Está cayendo la tarde
en los muros de la villa,
si no estamos en la calle
nos cerraran la angarilla.
De muralla para dentro
tuvimos hecha la vida
pero, llegado el momento preparamos la partida.
Fue culpa del dictador,
que tuvimos que marchar
hoy miro a mi alrededor
y no lo puedo explicar.
La tarde se oscureció
y llegó la despedida,
el nativo me abrazó
con la mirada encendida.
Se le anegaron los ojos
con lagrimas contenidas
terminaron mis enojos,
¡Todo, termina en la vida!
A mi hermano Ceferino,
y a la otra, Bienvenida,
me los arrancó el destino,
pasaron a mejor vida.
En Pamplona, están sus restos,
mis padres en granadilla,
¿Dónde habrán de ir los nuestros?
la pregunta, no es sencilla.
- ¿Cómo se llama el señor?
-Macario: me contestó.
siempre he sido agricultor
ese oficio, me gustó.
muchas fanegas de trigo
sacamos los labradores
para dar pan al mendigo
y también a los señores.
Hoy me he acercado hasta aquí
para dar la despedida
al pueblo donde nací
que querré toda mi vida.
Crispín García Paule