Cuentan, dicen,...
Cuentan que pronosticó que el día de su muerte, cantarían infinidad de grillos, cumpliéndose su vaticinio, ya que en 1957, cuando falleció a los 86 años, dichos insectos no pararon de cantar en toda la noche, pese a ser en el mes de marzo, época no propicia para ello.
Este personaje fue conocido, admirado y respetado, contribuyendo a difundir el nombre de su pueblo, al que llegaban muchas personas que aportaban beneficios a los distintos establecimientos comerciales; motivo por el cual el Ayuntamiento, con buen criterio, acordó se colocara su estatua en la población, pero dicen que no esta puesta porque algunos le acusan de maltratador, después de elaborada, está guardada en un almacén, sin conocerse que harán con ella.
“”Al cielo se marchó un día,
las flores se marchitaron
los grillos por él llorando
y al Casar nadie venía.
Adiós, Don Tomas,
hijo insigne del Casar,
te robaron tu dinero
no tu forma de curar.””
Cuentan que pronosticó que el día de su muerte, cantarían infinidad de grillos, cumpliéndose su vaticinio, ya que en 1957, cuando falleció a los 86 años, dichos insectos no pararon de cantar en toda la noche, pese a ser en el mes de marzo, época no propicia para ello.
Este personaje fue conocido, admirado y respetado, contribuyendo a difundir el nombre de su pueblo, al que llegaban muchas personas que aportaban beneficios a los distintos establecimientos comerciales; motivo por el cual el Ayuntamiento, con buen criterio, acordó se colocara su estatua en la población, pero dicen que no esta puesta porque algunos le acusan de maltratador, después de elaborada, está guardada en un almacén, sin conocerse que harán con ella.
“”Al cielo se marchó un día,
las flores se marchitaron
los grillos por él llorando
y al Casar nadie venía.
Adiós, Don Tomas,
hijo insigne del Casar,
te robaron tu dinero
no tu forma de curar.””