18 de enero de 2016
Dicen que la muerte no es el final del camino y así lo creo… porque a ti te queda mucho camino que recorrer junto a nosotros, enseñándonos infinidad de cosas y sentimientos.
Hemos tenido mucha suerte, nos has dejado a los 83 con una actividad constante, luchando contra la enfermedad y al frente de todo lo tuyo, haciendo planes de futuro que nos causaban dolor con solo escucharlos porque sabíamos la dificultad de poderlos llevar a cabo.
Nos enseñaste a ser tenaces y constantes, a tener inquietudes, imaginación, a luchar, a emprender y a enfrentarnos a las adversidades con la confianza de que el futuro siempre sería mejor.
Uno no se va mientras los demás lo recuerdan y tú no te irás de nuestro lado porque los recuerdos están por todas partes: los tangibles y los sentimentales.
Ha sido una vida muy completa y llena de emociones. Nunca se acababan las historias y casi siempre del mismo lugar: tu pueblo, tu añorado y querido pueblo que siempre llevaste a gala por donde quiera que fuiste.
Ese pueblo que sin duda te echará de menos. Ese pueblo que huele a albahaca por donde tú paseas ya con tu sombrero hablando con unos y con otros, con todos los que como tú se fueron. Ese pueblo a través de nosotros hará permanecer tu recuerdo. No lo dudes papa, aquí estaremos.
Desde allí arriba, donde brillan las estrellas, donde está la gente buena, nosotros sabremos que nos proteges y nos ayudas a dar los pasos correctos para no equivocarnos.
Te queremos.
Dicen que la muerte no es el final del camino y así lo creo… porque a ti te queda mucho camino que recorrer junto a nosotros, enseñándonos infinidad de cosas y sentimientos.
Hemos tenido mucha suerte, nos has dejado a los 83 con una actividad constante, luchando contra la enfermedad y al frente de todo lo tuyo, haciendo planes de futuro que nos causaban dolor con solo escucharlos porque sabíamos la dificultad de poderlos llevar a cabo.
Nos enseñaste a ser tenaces y constantes, a tener inquietudes, imaginación, a luchar, a emprender y a enfrentarnos a las adversidades con la confianza de que el futuro siempre sería mejor.
Uno no se va mientras los demás lo recuerdan y tú no te irás de nuestro lado porque los recuerdos están por todas partes: los tangibles y los sentimentales.
Ha sido una vida muy completa y llena de emociones. Nunca se acababan las historias y casi siempre del mismo lugar: tu pueblo, tu añorado y querido pueblo que siempre llevaste a gala por donde quiera que fuiste.
Ese pueblo que sin duda te echará de menos. Ese pueblo que huele a albahaca por donde tú paseas ya con tu sombrero hablando con unos y con otros, con todos los que como tú se fueron. Ese pueblo a través de nosotros hará permanecer tu recuerdo. No lo dudes papa, aquí estaremos.
Desde allí arriba, donde brillan las estrellas, donde está la gente buena, nosotros sabremos que nos proteges y nos ayudas a dar los pasos correctos para no equivocarnos.
Te queremos.
Gracias Angel, yo se lo haré saber a mi madre. Un abrazo.