El castillo se mandó construir por García Álvarez de Toledo y Carrillo de Toledo, duque de Alba, entre 1473 y 1478.
Su arquitectura es particularmente llamativa, con una forma prismática de sección cuadrangular a la que se le añaden donjones semicilíndricos en cada uno de sus lados, dando lugar a una planta «polilobulada», es decir, con cuatro lóbulos formados por los donjones y cuatro salientes en esquina. El castillo cuenta con una barbacana en su interior, lo que ha sorprendido a algunos historiadores y estrategas militares, ya que la ubicación de esta estructura defensiva suele ser en el exterior de las fortificaciones. Todo el perímetro superior está flanqueado por un almenaje con merlones apuntados y rematados por pequeñas bolas, con troneras en el antepecho.
La estructura está soportada por ménsulas o voladizos unidos por dinteles labrados con dos pequeños arcos formando una figura bilobulada entre dos ménsulas consecutivas. El constructor le añadió un toque plástico poco común a la estructura defensiva. En el interior, las distintas habitaciones están cubiertas por bóvedas de cañón. En el centro del castillo se encuentra un cuerpo retranqueado con forma de «torre caballera». Los artífices de la obra fueron De Troya, Juan Carrera y Tomás Bretón.
A lo largo de los años, el castillo ha pasado por varios cambios y renovaciones. Por acuerdo del Consejo de Ministros, de 24 de junio de 1955, se decretó la expropiación de la mayor parte de la fortificación para su restauración y transformación en centro cultural. Actualmente, el castillo tiene buen estado y se utiliza como lugar de exposiciones y eventos culturales.
Dentro del castillo, hay varias salas se renovaron y adaptaron para su uso como espacio expositivo. En la planta baja, podemos encontrar la sala de armaduras y la sala de pintura. En la planta superior se encuentran la sala de arqueología y la sala de tapices. También hay una sala de proyecciones y una sala de actos, que se utilizan para eventos y conferencias.
Su arquitectura es particularmente llamativa, con una forma prismática de sección cuadrangular a la que se le añaden donjones semicilíndricos en cada uno de sus lados, dando lugar a una planta «polilobulada», es decir, con cuatro lóbulos formados por los donjones y cuatro salientes en esquina. El castillo cuenta con una barbacana en su interior, lo que ha sorprendido a algunos historiadores y estrategas militares, ya que la ubicación de esta estructura defensiva suele ser en el exterior de las fortificaciones. Todo el perímetro superior está flanqueado por un almenaje con merlones apuntados y rematados por pequeñas bolas, con troneras en el antepecho.
La estructura está soportada por ménsulas o voladizos unidos por dinteles labrados con dos pequeños arcos formando una figura bilobulada entre dos ménsulas consecutivas. El constructor le añadió un toque plástico poco común a la estructura defensiva. En el interior, las distintas habitaciones están cubiertas por bóvedas de cañón. En el centro del castillo se encuentra un cuerpo retranqueado con forma de «torre caballera». Los artífices de la obra fueron De Troya, Juan Carrera y Tomás Bretón.
A lo largo de los años, el castillo ha pasado por varios cambios y renovaciones. Por acuerdo del Consejo de Ministros, de 24 de junio de 1955, se decretó la expropiación de la mayor parte de la fortificación para su restauración y transformación en centro cultural. Actualmente, el castillo tiene buen estado y se utiliza como lugar de exposiciones y eventos culturales.
Dentro del castillo, hay varias salas se renovaron y adaptaron para su uso como espacio expositivo. En la planta baja, podemos encontrar la sala de armaduras y la sala de pintura. En la planta superior se encuentran la sala de arqueología y la sala de tapices. También hay una sala de proyecciones y una sala de actos, que se utilizan para eventos y conferencias.