Claustro mudéjar
Claustro mudéjar (S. XIV-XV)
El claustro fue edificado entre los siglos xiv y xv en estilo
gótico-mudéjar. Es de planta rectangular, tiene dos pisos y una superficie de 1680 metros cuadrados. El de la planta baja se define por
arcos islámicos apuntados unidos en la parte inferior por un pequeño muro construido a base de arcos seriados, también apuntados. La galería de la primera planta tiene arcos de influencia islámica de herradura que apoyan en pilares unidos por un pretil corrido. (García (1993), p. 62)
En el centro se levanta un templete, el elemento más característico del claustro. Edificado en 1405, es de planta cuadrada, con cuatro arcos góticos en cada
fachada que a su vez se subdividen en otros dos arcos apuntados de menor altura. Lo rematan tres pisos de planta octogonal con
frontones apuntados que decrecen hasta rematar con una pirámide. Dominan los motivos ornamentales mudéjares que, como es habitual en este estilo, se resaltan con piezas de
cerámica en las que predomina el verde.
En el ángulo noroeste se encuentra el lavatorio; es decir, la
fuente que servía a los monjes para el lavado antes de entrar al
comedor, que se encontraba próximo. Está decorado con azulejos vidriados de estilo islámico. La fuente es copia de que la se encuentra en el baptisterio.
De los muros interiores del claustro cuelgan treinta grandes lienzos que representan milagros atribuidos a la
Virgen de
Guadalupe, de ahí que también se denomine “Claustro de los Milagros”. En su mayor parte pertenecen al monje del
monasterio fray Juan de
Santa María que los pintó en torno a 1620. Son de un barroco tosco por la composición, dibujo y
color. En ellos predomina el adoctrinamiento sobre el
arte