Gallardo sobre el altozano se alza el
pueblo con su bufanda de
árboles, desde el dique parece un islote, una
postal de gran belleza, pueblo y
montes de
pinares mirándose en las mansas
aguas. A la izquierda de la estampa la otra mirada, lo que hoy hubiera sido su actividad, las sierras roturadas y pobladas de
olivos alineados en perfecta formación y cercados con sinuosas paredes de pizarra, y entre los olivares, moteadas, las casetas pardas de
piedra, hay alguna que destaca por la blancura de la cal.
... (ver texto completo)