Desarraigo.-
- ¡Dame un beso, mi niño!, yo ya estaba subido encima del mulo "chato", ¡ten cuidado no te caigas!
- ¡Si no me caigo, que estoy montao escarracachao, metío entri la carga y bien agarrao a la albarda, mama!
- ¿Adónde vas “mateo”?
-Pal
Rincón con mi agüelo a comel
sandias y melonis.
- ¡Si tú no sabes por dónde se va!
-Lo sabi mi agüelo y el mulu, que han ío más vecis por la d’hesa de membrillaris p’abajo.
Entre besos y llantos de despedida, no comprendía porque lloraban, emprendimos
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