Segundo, david, que el don no se lo merecían aquellos de "la letra con sangre entra" Yo tb. recuerdo la variedad de grosores de las varas de olivo, avellano (como a villanos) ¡Y cómo silbaban las jodidas cuando las agitaba al aire!
Ajo en las manos y dos calzonas.
Ajo en las manos y dos calzonas.
Se me pasaba. Y todas las mañanas engarañaitos o no, juntar los dedos y enseñar las uñas, no digo más, que aún me entran escalofríos si te tocaba el premio.