En este momento se están cometiendo en el mundo millones de adulterios en los lugares más convencionales que quepa imaginar, pero también en los más raros. Hay adúlteros de tarde y de mañana y de noche y de madrugada, de fin de semana y de día laborable. Los adúlteros fornican, hablan, se pelean o lloran en el interior de un compartimento estanto al que lo único que llega de la realidad exterior es el oxígeno.