Es cuando me vengo para madrid, subiendo la cuesta de los depositos, un peso se acomoda en mi pecho y una lágrima juega en el borde de mis ojos, sé que no voy a estar sola, se que tampoco es tan malo salir de holguera, pero es mi sentimiento de culpa por haber soñado un futuro lejos de holguera, por tener que venir a la fria madrid a hacerme sitio entre los grandes dirian algunos, no , el sitio entre los grandes lo tengo en holguera y en madrid voy a buscar lo poquino de lo qeu holguera no me puede ... (ver texto completo)