Y así un día la niña le cantó a su madre la siguiente canción.
¡Ay! madre que me lo han roto , ¡ay! hija no me digas qué, el cantarillo en la fuente y ahora no puedo beber. Tanto fue el cántaro a la fuente que terminó por romperse.Cuantos cántaros se habrán roto en el trayecto de esta fuente y el pueblo .Habreís de saber que eran las mocitas las que iban a por agua con el deseo de ser acompañadas por el novio que siempre estaba al hacecho. Bueno , la culpa a quién ? Quien la visto antes que pena da ahora.