Y así un día la niña le cantó a su madre la siguiente canción.
¡Ay! madre que me lo han roto , ¡ay! hija no me digas qué, el cantarillo en la fuente y ahora no puedo beber.
¡Ay! madre que me lo han roto , ¡ay! hija no me digas qué, el cantarillo en la fuente y ahora no puedo beber.