Este año se cumple un siglo de la celebración de La Encamisá en Holguera.
Supongo que muchas personas no conocerán los inicios de esta tradición (especialmente los más jóvenes) y por ello quiero exponer lo que yo conozco.
Mi abuelo materno, Ignacio Sánchez, era natural de Torrejoncillo y se casó con una holguerana, mi abuela, Encarnación Sánchez, vivían en Holguera.
Como todos sabemos, para un torrejoncillano La Encamisá es algo que sienten en lo más profundo del corazón, no en vano la llevan celebrando desde tiempos inmemoriales.
En el 1.911 mi abuelo decidió traer a Holguera un poco de la raíz de esa tradición, al pensar que a la Inmaculada, de igual forma, se la podía honrar y venerar en el pueblo de su esposa, que ya también era el suyo.
Para ello el primer año contó con la presencia de sus familiares de Torrejoncillo e igualmente, con todos los de mi abuela del pueblo además de todas las personas que quisieron acompañarlos. De esta forma tan sencilla y decidida puso las bases para que arraigara en nuestro pueblo la procesión de La Encamisá, y aumentase así la devoción y el fervor, que ya existía, por la Purísima Concepción.
Como era lógico, todo lo que conforma la procesión también lo trasladó a Holguera: los cantos son los mismos que en Torrejoncillo, el dar el coquillo con el vaso de vino... las sábanas, los faroles en manos de los encamisaos (y que deben estar encendidos antes de que salga el estandarte), las campanas al vuelo, los "vivas" a la Virgen son idénticos, y por último las lumbres o joritañas como las llaman en Torrejoncillo, éstas realizan dos funciones; alumbrar al estandarte cuando pasa y dar calor a las personas que van en la procesión.
Hace unos años en un artículo de un periódico regional, la periodista que lo firmaba daba una información errónea, respecto a la celebración de la primera Encamisá de Holguera, decía que "el primer año el mayordomo había ido con el estandarte montado en un burro", dicha aseveración me extrañó enormemente, (puesto que por entonces seguramente habría tantos o más caballos que ahora). Por esa duda pregunté a personas mayores del pueblo que me confirmaron que eso no era así, pues siempre había disponibilidad para dejar los caballos a quien los necesitara para La Encamisá. En definitiva... eso sería lo menos importante, lo fundamental es el amor a La Virgen y el respeto con el que se debe ir en la procesión.
Dicha procesión cuenta con dos momentos muy intensos, la salida y la entrada del estandarte en la Iglesia, ahí se agolpan los sentimientos, se tienen muy presentes a los seres queridos ya fallecidos y, las lágrimas se desbordan de amor de alegría y de nostalgias.
Por desgracia ya no viven ni mis tíos ni mi madre, para disfrutar de este aniversario tan importante, espero que junto a sus padres, mis abuelos, estén todos viendo desde el Cielo cómo en su queridísimo pueblo se mantiene una devoción a la Virgen que perdura a lo largo de los años y va pasando de generación en generación. Las personas pasamos, pero nuestras obras quedan.
EN EL CIELO Y EN LA TIERRA DIGAMOS CON EMOCIÓN, ¡VIVA Mª INMACULADA! ¡VIVA LA MADRE DE DIOS!.
Julia Martín Sánchez
Supongo que muchas personas no conocerán los inicios de esta tradición (especialmente los más jóvenes) y por ello quiero exponer lo que yo conozco.
Mi abuelo materno, Ignacio Sánchez, era natural de Torrejoncillo y se casó con una holguerana, mi abuela, Encarnación Sánchez, vivían en Holguera.
Como todos sabemos, para un torrejoncillano La Encamisá es algo que sienten en lo más profundo del corazón, no en vano la llevan celebrando desde tiempos inmemoriales.
En el 1.911 mi abuelo decidió traer a Holguera un poco de la raíz de esa tradición, al pensar que a la Inmaculada, de igual forma, se la podía honrar y venerar en el pueblo de su esposa, que ya también era el suyo.
Para ello el primer año contó con la presencia de sus familiares de Torrejoncillo e igualmente, con todos los de mi abuela del pueblo además de todas las personas que quisieron acompañarlos. De esta forma tan sencilla y decidida puso las bases para que arraigara en nuestro pueblo la procesión de La Encamisá, y aumentase así la devoción y el fervor, que ya existía, por la Purísima Concepción.
Como era lógico, todo lo que conforma la procesión también lo trasladó a Holguera: los cantos son los mismos que en Torrejoncillo, el dar el coquillo con el vaso de vino... las sábanas, los faroles en manos de los encamisaos (y que deben estar encendidos antes de que salga el estandarte), las campanas al vuelo, los "vivas" a la Virgen son idénticos, y por último las lumbres o joritañas como las llaman en Torrejoncillo, éstas realizan dos funciones; alumbrar al estandarte cuando pasa y dar calor a las personas que van en la procesión.
Hace unos años en un artículo de un periódico regional, la periodista que lo firmaba daba una información errónea, respecto a la celebración de la primera Encamisá de Holguera, decía que "el primer año el mayordomo había ido con el estandarte montado en un burro", dicha aseveración me extrañó enormemente, (puesto que por entonces seguramente habría tantos o más caballos que ahora). Por esa duda pregunté a personas mayores del pueblo que me confirmaron que eso no era así, pues siempre había disponibilidad para dejar los caballos a quien los necesitara para La Encamisá. En definitiva... eso sería lo menos importante, lo fundamental es el amor a La Virgen y el respeto con el que se debe ir en la procesión.
Dicha procesión cuenta con dos momentos muy intensos, la salida y la entrada del estandarte en la Iglesia, ahí se agolpan los sentimientos, se tienen muy presentes a los seres queridos ya fallecidos y, las lágrimas se desbordan de amor de alegría y de nostalgias.
Por desgracia ya no viven ni mis tíos ni mi madre, para disfrutar de este aniversario tan importante, espero que junto a sus padres, mis abuelos, estén todos viendo desde el Cielo cómo en su queridísimo pueblo se mantiene una devoción a la Virgen que perdura a lo largo de los años y va pasando de generación en generación. Las personas pasamos, pero nuestras obras quedan.
EN EL CIELO Y EN LA TIERRA DIGAMOS CON EMOCIÓN, ¡VIVA Mª INMACULADA! ¡VIVA LA MADRE DE DIOS!.
Julia Martín Sánchez
no conocia la encamisa de olguera conocia lo de torrejoncillo que como mas "nombra"