Enhorabuena Wilfredo. Gracias Baltasar por colgar la fotografía, que pasará a formar parte de la pequeña historia de nuestro querido pueblo.
Como echo en falta algún pequeño comentario sobre lo que significa ser ordenado Diácono, hago mi pequeña aportación en este sentido.
La palabra diácono es de origen griego (los diaconoi griegos, de donde pasó como préstamo al Latín diaconus), que significa servidor.
Sus orígenes dentro de la Iglesia, son muy antiguos, pues data de los primeros años del Cristianismo. A pesar de las polémicas históricas y y distintas interpretaciones teológicas, sí que puede afirmarse que la institución de diaconado nació como consecuencia del rápido crecimiento de las primeras comunidades cristianas siendo imposible para los Apóstoles asistir de una manera adecuada a todos los cristianos que residían en comunidades muy alejadas unas de otras, en una época en la que no existían los actuales medios de transporte y comunicación actuales.
Se ha querido ver el origen de los diáconos en el siguiente texto del Libro de los Hechos de los Apóstoles, que data del año 60 después de Cristo:
Por aquellos días, al multiplicarse los discípulos, hubo quejas de los helenistas contra los hebreos, porque sus viudas eran desatendidas en la asistencia cotidiana. Los Doce convocaron la asamblea de los discípulos y dijeron: «No parece bien que nosotros abandonemos la Palabra de Dios por servir a las mesas. Por tanto, hermanos, buscad de entre vosotros a siete hombres, de buena fama, llenos de Espíritu y de sabiduría, y los pondremos al frente de este cargo; mientras que nosotros nos dedicaremos a la oración y al ministerio de la Palabra.» Pareció bien la propuesta a toda la asamblea y escogieron a Esteban, hombre lleno de fe y de Espíritu Santo, a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Pármenas y a Nicolás, prosélito de Antioquía; los presentaron a los apóstoles y, habiendo hecho oración, les impusieron las manos.
Hechos de los Apóstoles 6:1-6.
Aunque no todos los historiadores están de acuerdo en la existencia de ese llamado "Consejo de los Siete".
La figura actual del diácono, sus funciones y configuración actual dentro de la Jeraquía de la Iglesia Católica de Occidente, procede del Concilio Vaticano II:
En el grado inferior de la jerarquía están los diáconos, que reciben la imposición de las manos «no en orden al sacerdocio, sino en orden al ministerio». Así, confortados con la gracias sacramental, en comunión con el obispo y su presbítero, sirven al pueblo de Dios en el ministerio de la liturgia, de la palabra y de la caridad. Es oficio propio del diácono, según le fuere asignado por la autoridad competente, administrar solemnemente el bautismo, reservar y distribuir la Eucaristía, asistir al matrimonio y bendecirlo en nombre de la Iglesia, llevar el viático a los moribundos, leer la Sagrada Escritura a los fieles, instruir y exhortar al pueblo, presidir el culto y oración de los fieles, administrar los sacramentales, presidir el rito de los funerales y sepultura.
Lumen gentium 29, Concilio Vaticano II.
Actualmente la Iglesia reconoce dos tipos de diáconos: los transitorios y los permanente. Los transitorios suelen ser ordenados como grado previo (transitum, de camino a) a una posterior ordenación como presbíteros. Los permanentes, en principio no tienen ese carácter transitorio, y se configuran como "ayudantes" o "servidores", si queremos tomar su sentido etimológico, de la comunidad cristiana.
Sus funciones son las siguientes:
as funciones del diácono en la Iglesia católica son:
Proclamar el Evangelio, predicar y asistir en el Altar;
Administrar el sacramento del bautismo,
Presidir la celebración del sacramento del matrimonio
Conferir los sacramentales (tales como la bendición, el agua bendita, etc.)
Llevar el Viático (sacramento de la eucaristía así llamado cuando se administra particularmente a los enfermos que están en peligro de muerte) pero no puede administrar el sacramento de la unción de los enfermos.
Además, y siempre de acuerdo con lo que determine la jerarquía, puede:
Dirigir la administración de alguna parroquia;
Ser designado a cargo de una Diaconía;
Presidir la celebración dominical, aunque no consagrar la Eucaristía (lo cual corresponde solo al presbítero).
Puede además efectuar otros servicios, según las necesidades específicas de la Diócesis, particularmente todo aquello relacionado con la realización de obras de misericordia, y la animación de las comunidades en que se desempeñan.
Lo reitero, Wilfredo, enhorabuena.
Como echo en falta algún pequeño comentario sobre lo que significa ser ordenado Diácono, hago mi pequeña aportación en este sentido.
La palabra diácono es de origen griego (los diaconoi griegos, de donde pasó como préstamo al Latín diaconus), que significa servidor.
Sus orígenes dentro de la Iglesia, son muy antiguos, pues data de los primeros años del Cristianismo. A pesar de las polémicas históricas y y distintas interpretaciones teológicas, sí que puede afirmarse que la institución de diaconado nació como consecuencia del rápido crecimiento de las primeras comunidades cristianas siendo imposible para los Apóstoles asistir de una manera adecuada a todos los cristianos que residían en comunidades muy alejadas unas de otras, en una época en la que no existían los actuales medios de transporte y comunicación actuales.
Se ha querido ver el origen de los diáconos en el siguiente texto del Libro de los Hechos de los Apóstoles, que data del año 60 después de Cristo:
Por aquellos días, al multiplicarse los discípulos, hubo quejas de los helenistas contra los hebreos, porque sus viudas eran desatendidas en la asistencia cotidiana. Los Doce convocaron la asamblea de los discípulos y dijeron: «No parece bien que nosotros abandonemos la Palabra de Dios por servir a las mesas. Por tanto, hermanos, buscad de entre vosotros a siete hombres, de buena fama, llenos de Espíritu y de sabiduría, y los pondremos al frente de este cargo; mientras que nosotros nos dedicaremos a la oración y al ministerio de la Palabra.» Pareció bien la propuesta a toda la asamblea y escogieron a Esteban, hombre lleno de fe y de Espíritu Santo, a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Pármenas y a Nicolás, prosélito de Antioquía; los presentaron a los apóstoles y, habiendo hecho oración, les impusieron las manos.
Hechos de los Apóstoles 6:1-6.
Aunque no todos los historiadores están de acuerdo en la existencia de ese llamado "Consejo de los Siete".
La figura actual del diácono, sus funciones y configuración actual dentro de la Jeraquía de la Iglesia Católica de Occidente, procede del Concilio Vaticano II:
En el grado inferior de la jerarquía están los diáconos, que reciben la imposición de las manos «no en orden al sacerdocio, sino en orden al ministerio». Así, confortados con la gracias sacramental, en comunión con el obispo y su presbítero, sirven al pueblo de Dios en el ministerio de la liturgia, de la palabra y de la caridad. Es oficio propio del diácono, según le fuere asignado por la autoridad competente, administrar solemnemente el bautismo, reservar y distribuir la Eucaristía, asistir al matrimonio y bendecirlo en nombre de la Iglesia, llevar el viático a los moribundos, leer la Sagrada Escritura a los fieles, instruir y exhortar al pueblo, presidir el culto y oración de los fieles, administrar los sacramentales, presidir el rito de los funerales y sepultura.
Lumen gentium 29, Concilio Vaticano II.
Actualmente la Iglesia reconoce dos tipos de diáconos: los transitorios y los permanente. Los transitorios suelen ser ordenados como grado previo (transitum, de camino a) a una posterior ordenación como presbíteros. Los permanentes, en principio no tienen ese carácter transitorio, y se configuran como "ayudantes" o "servidores", si queremos tomar su sentido etimológico, de la comunidad cristiana.
Sus funciones son las siguientes:
as funciones del diácono en la Iglesia católica son:
Proclamar el Evangelio, predicar y asistir en el Altar;
Administrar el sacramento del bautismo,
Presidir la celebración del sacramento del matrimonio
Conferir los sacramentales (tales como la bendición, el agua bendita, etc.)
Llevar el Viático (sacramento de la eucaristía así llamado cuando se administra particularmente a los enfermos que están en peligro de muerte) pero no puede administrar el sacramento de la unción de los enfermos.
Además, y siempre de acuerdo con lo que determine la jerarquía, puede:
Dirigir la administración de alguna parroquia;
Ser designado a cargo de una Diaconía;
Presidir la celebración dominical, aunque no consagrar la Eucaristía (lo cual corresponde solo al presbítero).
Puede además efectuar otros servicios, según las necesidades específicas de la Diócesis, particularmente todo aquello relacionado con la realización de obras de misericordia, y la animación de las comunidades en que se desempeñan.
Lo reitero, Wilfredo, enhorabuena.