guapísima la foto
Seres del planeta Tierra.
En una noche de verano, mes de Agosto del año dos mil dieciséis, se encontraban charlando al fresco el ser tú y yo, bajo un árbol conocido con el nombre de "naranjo", cosa que hizo despertar al ser tú, un conocido problema que creía recordar, pese a su avanzada edad de ochenta y un años. Con mayor o menor dificultad el ser tú, explica el enunciado del problema al ser yo, cuyo texto dice: Dos seres humano cogían naranjas de un naranjo y al termino de la recogida, dice un ser al otro, dame dos de tus naranjas y así yo, tengo el doble de naranjas que tú, mientras si por el contrario soy yo, quien te da dos naranjas a ti, ambos tenemos la misma cantidad. ¿Cuántas naranjas cogieron del árbol el ser tú y yo?.
Tras intentar tú, conocedor de la solución del problema, cuando mencionabas el cinco, yo afirmaba que la primera condición del problema se cumplía con el cuatro, pero no la segunda condición, por tanto era claro de no ser la solución del problema. Suspendida la tertulia, por hacerse tarde en la noche, ambos seres deciden irse a la cama sin lograr la solución al problema planteado por el ser tú, ya que al confundir los datos el ser tú no le salían los datos del resultado guardado en la mente del ser tú. Temprano a la mañana siguiente, yo esperaba al ser tú, al que le entregué un puñado de rollitos pequeños, mientras mi mano derecha contenía otro puñado de rollos y juntos hacían la suma total de naranjas que recogieron del árbol el ser tú y yo.
Yo procedí, pidiendo dos rollos al ser tú, cosa que hizo sin dudar, después yo pregunté al ser tú, cuantos rollitos tienes y después de contarlos el ser tú, respondió ocho, juntos contaron los que contenía la mano del ser yo, que hacia dieciséis. Después de yo devolver dos rollos al ser tú, procedí yo a ofrecer dos de mis rollitos al ser tú y ambos contaron los que tenia cada ser, yo conté doce rollos en mi mano y lo mismo, doce contó el ser tú, los dos seres tenían lo mismo, la igualdad de rollos.
Entonces el ser yo, se hizo una pregunta, con la igualdad, para que queremos la justicia, no sirve de nada, tampoco existe ni el premio ni el castigo. La justicia protege la desigualdad de los seres humanos vivos. Pero es suficiente con observar un metro cuadrado de tierra donde puedes contemplar, la desigualdad en las propias plantas o hierbas, existiendo desigualdad entre ellas de la misma especie que fueron creciendo por si solas en el mundo de la naturaleza.
Al ser yo, se le ocurrió contar las desigualdades que contenía el problema, obteniendo hasta once desigualdades y allí paró por entender que a la sociedad le resulta más fácil vivir en desigualdad por ser mayor el número de posibilidades, que en igualdad. La igualdad es una y única por eso es más difícil de conseguir. La primera desigualdad del problema empieza con doce más uno, que es el número trece, terminando con veinticuatro.
Después de entendido nuestro problema, el ser tú recordó los datos de cinco y siete, a lo que se comprobó que el mencionado resultado correspondía si la entrega de naranjas del ser tú y yo sé hacia con una naranja, pues cinco más una resulta ser siete menos una, iguales a seis y si el ser tú entrega una naranja al ser yo este tiene siete más una, que resulta ser el doble de cuatro que tiene el ser tú. Poco tardó el ser yo en comprender la recta que contiene la serie de todas las posible soluciones, si se varia el número de naranjas que se entregan el ser tú y yo. Variando una naranja la solución es, el ser tú coge cinco naranjas y el ser yo coge del árbol siete naranjas. Cuando la variación son dos naranjas, la solución viene dada por el producto de cinco por dos, las naranjas cogidas por el ser tú, que será de diez y para el ser yo el producto de siete por dos, que resulta ser catorce. Si la variación de naranjas es de cincuenta naranjas, proceder del mismo modo, el ser tú coge el producto de cinco por cincuenta que resulta ser de doscientas cincuenta naranjas, y el ser yo coge el producto de siete por cincuenta, un total de trescientas cincuenta naranjas. La recta que contiene el resultado de toda la serie de soluciones, cada uno de sus puntos están formados por la intersección de dos rectas en el primer cuadrante de los ejes cartesianos para las soluciones: cinco, siete; diez, catorce; doscientas cincuenta, trescientas cincuenta; y también para la solución: cero, cero; ya que dicha recta pasa por la intersección de los ejes de coordenadas eje x, y eje y. Pasando a ocupar el tercer cuadrante cartesiano con las soluciones negativas. Todas las rectas que forman la recta de intersecciones son paralelas entre sí a uno y otro lado de la recta que contiene las soluciones.
El ser yo le dice al ser tú, ahora hablaremos del mundo de lo casual la casualidad o comparación de los datos del ejercicio; cinco, siete. Qué cosa podemos recordar con el cinco, por ejemplo: cinco días laborables de trabajo; el siete, por ejemplo: los siete días de la semana. La suma total de cinco y siete, el doce, por ejemplo una docena, doce apóstoles. La media aritmética de cinco más siete, es seis; por ejemplo nos puede recordar, media docena, seis lados del hexágono. La diferencia de siete menos cinco es, dos, por ejemplo: dos brazos, dos piernas, dos testículos, un par de cualquier cosa. Lo casual o comparativo admite infinidad de cosas varias que se pueden recordar.
SI la comparación la hacemos con los datos del ejercicio; diez, catorce. Podemos comparar o recordar con diez, por ejemplo: una decena, diez mandamientos; con el catorce, por ejemplo: las estaciones del viacrucis, los días de dos semanas, la diferencia de años de edad del ser yo y el ser tú, en ese instante de tiempo cuando realizaron el problema (81-67). Con la suma de diez más catorce, veinticuatro, por ejemplo: las horas de un días, dos docenas. La media aritmética de diez más catorce, doce, por ejemplo: los doce signos del zodiaco, una decena, medio día. Diferencia aritmética de diez y catorce, cuatro, por ejemplo: la estaciones de un año, los puntos cardinales, los cuatro espacios de dos ejes cartesianos, cuatro lados de un cuadrado, etc.
Un día más tarde el ser yo, se encuentra con el ser él, cuñado del ser yo, se le expone el problema en la solución diez y catorce, el ser él solo conocía el problema de solución cinco y siete. Yo, tú y él, nosotros, se lo explicamos a vosotros, a ellos o ustedes. b. f. g.
En una noche de verano, mes de Agosto del año dos mil dieciséis, se encontraban charlando al fresco el ser tú y yo, bajo un árbol conocido con el nombre de "naranjo", cosa que hizo despertar al ser tú, un conocido problema que creía recordar, pese a su avanzada edad de ochenta y un años. Con mayor o menor dificultad el ser tú, explica el enunciado del problema al ser yo, cuyo texto dice: Dos seres humano cogían naranjas de un naranjo y al termino de la recogida, dice un ser al otro, dame dos de tus naranjas y así yo, tengo el doble de naranjas que tú, mientras si por el contrario soy yo, quien te da dos naranjas a ti, ambos tenemos la misma cantidad. ¿Cuántas naranjas cogieron del árbol el ser tú y yo?.
Tras intentar tú, conocedor de la solución del problema, cuando mencionabas el cinco, yo afirmaba que la primera condición del problema se cumplía con el cuatro, pero no la segunda condición, por tanto era claro de no ser la solución del problema. Suspendida la tertulia, por hacerse tarde en la noche, ambos seres deciden irse a la cama sin lograr la solución al problema planteado por el ser tú, ya que al confundir los datos el ser tú no le salían los datos del resultado guardado en la mente del ser tú. Temprano a la mañana siguiente, yo esperaba al ser tú, al que le entregué un puñado de rollitos pequeños, mientras mi mano derecha contenía otro puñado de rollos y juntos hacían la suma total de naranjas que recogieron del árbol el ser tú y yo.
Yo procedí, pidiendo dos rollos al ser tú, cosa que hizo sin dudar, después yo pregunté al ser tú, cuantos rollitos tienes y después de contarlos el ser tú, respondió ocho, juntos contaron los que contenía la mano del ser yo, que hacia dieciséis. Después de yo devolver dos rollos al ser tú, procedí yo a ofrecer dos de mis rollitos al ser tú y ambos contaron los que tenia cada ser, yo conté doce rollos en mi mano y lo mismo, doce contó el ser tú, los dos seres tenían lo mismo, la igualdad de rollos.
Entonces el ser yo, se hizo una pregunta, con la igualdad, para que queremos la justicia, no sirve de nada, tampoco existe ni el premio ni el castigo. La justicia protege la desigualdad de los seres humanos vivos. Pero es suficiente con observar un metro cuadrado de tierra donde puedes contemplar, la desigualdad en las propias plantas o hierbas, existiendo desigualdad entre ellas de la misma especie que fueron creciendo por si solas en el mundo de la naturaleza.
Al ser yo, se le ocurrió contar las desigualdades que contenía el problema, obteniendo hasta once desigualdades y allí paró por entender que a la sociedad le resulta más fácil vivir en desigualdad por ser mayor el número de posibilidades, que en igualdad. La igualdad es una y única por eso es más difícil de conseguir. La primera desigualdad del problema empieza con doce más uno, que es el número trece, terminando con veinticuatro.
Después de entendido nuestro problema, el ser tú recordó los datos de cinco y siete, a lo que se comprobó que el mencionado resultado correspondía si la entrega de naranjas del ser tú y yo sé hacia con una naranja, pues cinco más una resulta ser siete menos una, iguales a seis y si el ser tú entrega una naranja al ser yo este tiene siete más una, que resulta ser el doble de cuatro que tiene el ser tú. Poco tardó el ser yo en comprender la recta que contiene la serie de todas las posible soluciones, si se varia el número de naranjas que se entregan el ser tú y yo. Variando una naranja la solución es, el ser tú coge cinco naranjas y el ser yo coge del árbol siete naranjas. Cuando la variación son dos naranjas, la solución viene dada por el producto de cinco por dos, las naranjas cogidas por el ser tú, que será de diez y para el ser yo el producto de siete por dos, que resulta ser catorce. Si la variación de naranjas es de cincuenta naranjas, proceder del mismo modo, el ser tú coge el producto de cinco por cincuenta que resulta ser de doscientas cincuenta naranjas, y el ser yo coge el producto de siete por cincuenta, un total de trescientas cincuenta naranjas. La recta que contiene el resultado de toda la serie de soluciones, cada uno de sus puntos están formados por la intersección de dos rectas en el primer cuadrante de los ejes cartesianos para las soluciones: cinco, siete; diez, catorce; doscientas cincuenta, trescientas cincuenta; y también para la solución: cero, cero; ya que dicha recta pasa por la intersección de los ejes de coordenadas eje x, y eje y. Pasando a ocupar el tercer cuadrante cartesiano con las soluciones negativas. Todas las rectas que forman la recta de intersecciones son paralelas entre sí a uno y otro lado de la recta que contiene las soluciones.
El ser yo le dice al ser tú, ahora hablaremos del mundo de lo casual la casualidad o comparación de los datos del ejercicio; cinco, siete. Qué cosa podemos recordar con el cinco, por ejemplo: cinco días laborables de trabajo; el siete, por ejemplo: los siete días de la semana. La suma total de cinco y siete, el doce, por ejemplo una docena, doce apóstoles. La media aritmética de cinco más siete, es seis; por ejemplo nos puede recordar, media docena, seis lados del hexágono. La diferencia de siete menos cinco es, dos, por ejemplo: dos brazos, dos piernas, dos testículos, un par de cualquier cosa. Lo casual o comparativo admite infinidad de cosas varias que se pueden recordar.
SI la comparación la hacemos con los datos del ejercicio; diez, catorce. Podemos comparar o recordar con diez, por ejemplo: una decena, diez mandamientos; con el catorce, por ejemplo: las estaciones del viacrucis, los días de dos semanas, la diferencia de años de edad del ser yo y el ser tú, en ese instante de tiempo cuando realizaron el problema (81-67). Con la suma de diez más catorce, veinticuatro, por ejemplo: las horas de un días, dos docenas. La media aritmética de diez más catorce, doce, por ejemplo: los doce signos del zodiaco, una decena, medio día. Diferencia aritmética de diez y catorce, cuatro, por ejemplo: la estaciones de un año, los puntos cardinales, los cuatro espacios de dos ejes cartesianos, cuatro lados de un cuadrado, etc.
Un día más tarde el ser yo, se encuentra con el ser él, cuñado del ser yo, se le expone el problema en la solución diez y catorce, el ser él solo conocía el problema de solución cinco y siete. Yo, tú y él, nosotros, se lo explicamos a vosotros, a ellos o ustedes. b. f. g.