CATEDRALES DEL SILENCIO, EL SILO.
Catedrales del sil-enci-os, hoy como “necios” hablan de su corta vida del antaño y de lo poco que sirvieron al hombre como Servicio Nacional del Trigo, que duró treintaiunavo años, hoy habitáculos vacios que esperan al maña que sean depósitos o acumuladores de energía eléctrica del futuro, la energía solar de vida a silos del pasado para ser silos del futuro.
Fundación que comienza el veintitrés de agosto del año mil novecientos treintaisiete y termina con su disolución el día uno de febrero del año mil novecientos sesentaiocho, que lejos queda en el tiempo su existencia tras pasar medio siglo.
Fue el organismo promotor de la Red Nacional de Silos. Para su funcionamiento, a pesar de contar con cierta capacidad de autofinanciación, a lo largo de su historia tuvo que recurrir a financiación externa, de bancos privados para más tarde en el mil novecientos cincuentaiuno también entrara en juego el Banco de España. Desapareciendo en febrero de mil novecientos sesentaiocho, pasa a llamarse Servicio Nacional de Cereales (SNC), que a su vez más tarde se termina denominando Servicio Nacional de Productos Agrarios (SENPA).
Uno en Ibahernando, dos en Trujillo, otro en Zorita, más en Miajadas y suma y sigue por todo Extremadura.
Fue un proyecto originario del (SNT) para dotar las zonas agrícolas españolas de una serie de almacenes de cereal. Se gesta durante la década de mil novecientos cuarenta, la primera inauguración oficial en el año de mil novecientos cincuentaiuno se realiza con el silo de Córdoba. La red de silos entró en decadencia con el ingreso de España en la Comunidad Económica Europea en la década de mil novecientos ochenta y la necesaria adecuación a las políticas agrarias comunes.
Entre los años 1945 y 1986 se construyeron 663 silos y 275 graneros con una capacidad total de 2.684.947 toneladas; en los inicios de la red, hasta 1975, los gastos de ejecución de los silos fueron soportados íntegramente por el organismo triguero, con cargo a los beneficios comerciales, y a partir de entonces con cargo a los Presupuestos Generales del Estado.
Durante todo este período, hasta el 29 de mayo de 1984 (1), el sector del trigo funcionaba en régimen de monopolio estatal, y los otros cereales se encontraban sometidos igualmente a precios de intervención que garantizaban su compra por el Estado a dicho nivel. De esta forma los sucesivos organismos, Servicio Nacional del Trigo (SNT), Servicio Nacional de Cereales (SNC) y Servicio Nacional de Productos Agrarios (SENPA), tuvieron una actuación muy intensa en la compra, almacenamiento y venta de cereales con una utilización muy elevada de la Red Nacional de Silos.
Catedrales del sil-enci-os, hoy como “necios” hablan de su corta vida del antaño y de lo poco que sirvieron al hombre como Servicio Nacional del Trigo, que duró treintaiunavo años, hoy habitáculos vacios que esperan al maña que sean depósitos o acumuladores de energía eléctrica del futuro, la energía solar de vida a silos del pasado para ser silos del futuro.
Fundación que comienza el veintitrés de agosto del año mil novecientos treintaisiete y termina con su disolución el día uno de febrero del año mil novecientos sesentaiocho, que lejos queda en el tiempo su existencia tras pasar medio siglo.
Fue el organismo promotor de la Red Nacional de Silos. Para su funcionamiento, a pesar de contar con cierta capacidad de autofinanciación, a lo largo de su historia tuvo que recurrir a financiación externa, de bancos privados para más tarde en el mil novecientos cincuentaiuno también entrara en juego el Banco de España. Desapareciendo en febrero de mil novecientos sesentaiocho, pasa a llamarse Servicio Nacional de Cereales (SNC), que a su vez más tarde se termina denominando Servicio Nacional de Productos Agrarios (SENPA).
Uno en Ibahernando, dos en Trujillo, otro en Zorita, más en Miajadas y suma y sigue por todo Extremadura.
Fue un proyecto originario del (SNT) para dotar las zonas agrícolas españolas de una serie de almacenes de cereal. Se gesta durante la década de mil novecientos cuarenta, la primera inauguración oficial en el año de mil novecientos cincuentaiuno se realiza con el silo de Córdoba. La red de silos entró en decadencia con el ingreso de España en la Comunidad Económica Europea en la década de mil novecientos ochenta y la necesaria adecuación a las políticas agrarias comunes.
Entre los años 1945 y 1986 se construyeron 663 silos y 275 graneros con una capacidad total de 2.684.947 toneladas; en los inicios de la red, hasta 1975, los gastos de ejecución de los silos fueron soportados íntegramente por el organismo triguero, con cargo a los beneficios comerciales, y a partir de entonces con cargo a los Presupuestos Generales del Estado.
Durante todo este período, hasta el 29 de mayo de 1984 (1), el sector del trigo funcionaba en régimen de monopolio estatal, y los otros cereales se encontraban sometidos igualmente a precios de intervención que garantizaban su compra por el Estado a dicho nivel. De esta forma los sucesivos organismos, Servicio Nacional del Trigo (SNT), Servicio Nacional de Cereales (SNC) y Servicio Nacional de Productos Agrarios (SENPA), tuvieron una actuación muy intensa en la compra, almacenamiento y venta de cereales con una utilización muy elevada de la Red Nacional de Silos.