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IBAHERNANDO: J. R. ALONSO DE LA TORRE Miércoles, 16 octubre 2019,...

J. R. ALONSO DE LA TORRE Miércoles, 16 octubre 2019, 13:39

¿Qué habría sido de Javier Cercas (Ibahernando, 1962) si sus padres se hubieran quedado en Ibahernando y no hubieran emigrado a Girona? ¿Qué habría sido de su carrera literaria si Mario Vargas Llosa no lo hubiera elogiado con pasión y generosidad? ¿Y si no hubiera ganado el premio Planeta? Pues Javier Cercas habría seguido siendo lo que es: un extremeño inquieto e inteligente que hubiera orientado su vida, quizás, por otros derroteros. Le hice la primera de estas preguntas una tarde de abril de 2002 en el Parador de Zafra y me respondió que si se hubiera quedado en Ibahernando, quizás hubiera sido un señorito extremeño en lugar de un escritor.

Afortunadamente, Javier Cercas se dedicó a escribir y, más allá de lo que dijera Vargas Llosa y del premio recibido anoche, es uno de los grandes, pero no por su fama ni por sus premios, sino porque escribe con una regularidad envidiable: no hace un artículo malo ni un libro infumable. Todo lo que retrata, describe, relata o analiza con su pluma se convierte en literatura que atrapa, fascina, divierte e ilumina. Cercas, con Planeta y sin él, literato o señorito, alabado o no por Vargas Llosa, es la quintaesencia de la lucidez.

Hace unos años, viví la experiencia de la noche de los premios Planeta en Barcelona. En la cena, todo el mundo sabía que iba a ganar el mejicano Jorge Zepeda Patterson. Y efectivamente, ganó con 'Milena o el fémur más bello del mundo'. ¿Dejé por eso de creer en los premios literarios? No, de hecho no creía en ellos desde niño. Pero sí sé que los Planeta son el reconocimiento a una carrera literaria. El jurado premia a alguien que normalmente se lo merece y suelen acertar: es raro que una novela 'Planeta' defraude completamente. Al contrario, suelen tener siempre un punto de interés por mucho que en la quiniela que la organización reparte entre los periodistas con los aperitivos, todos acierten.

Cercas es uno de los grandes, pero no por su fama ni por sus premios, sino porque escribe con una regularidad envidiable

Lo diferente de este caso es que un extremeño va a ser leído por millones de personas y va a entrar definitivamente en el Olimpo de los escritores que, además de ser grandes por su literatura, lo son también por su influencia y la trascendencia de su pensamiento. Y a mí me gusta el pensamiento de Cercas y cómo lo transmite. Quienes escucharon su discurso en la entrega de las medallas de Extremadura, hace poco más de un mes, sintieron que ese hombre estaba tocado por la gracia de hacer que lo de siempre suene distinto.

No dijo nada que no supiéramos, nada que no nos hayan dicho ya mil veces, pero lo dijo muy bien: la falta de autoestima de los extremeños, la despoblación, el abandono histórico y, sobre todo, la necesidad de que arrimemos el hombro porque los problemas no nos los van a solucionar los políticos, los tenemos que solucionar nosotros.