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JARAICEJO: Hola, estimados paisanos, Mar, Fernando, Lucio... Como...

Hola, estimados paisanos, Mar, Fernando, Lucio... Como con cierta frecuencia reviso las fotos de nuestro querido pueblecito de Jaraicejo, he visto una foto de nuestra ermita de la Virgen de los Hitos. Se pide en ella un comentario y, como tengo un poemilla a nuestra ermita, quiero enviároslo más abajo. He quitado algunas estrofas más que podrían herir sensibilidades... porque describo lo que vi. Podrían irse a otra parte para sus romerías nocturnas...
Mar, ya conozco más o menos tus raíces. Soy buen amigo de Antonio, el esposo de Leoncia. Conocí a tus padres y los recuerdo perfectamente.
Fernando, ¿qué tal van tus actividades cinegéticas? ¿Hay mucha caza en Valdelanzas? Ahora me viene a la memoria el arroz con liebre, tan típico en las cenas de la matanza del cerdo...; de pequeño no me gustaba; es tan negro y ya de mozo me encantaba, tan cremoso... ¡Qué gustoso y grato al paladar!
Lucio, ¿qué tal por Valencia? Tienes que ir algún verano por el pueblo para que no se te sequen las raíces.
No puedo ayudar a Eritrea porque no conozco a la tal Celia.
Aquí os dejo el poema que me surgió en uno de esos días de verano en que iba con la bicicleta hasta la ermita para hacer algo de ejercicio de piernas porque, de cabeza, ya hago bastante con eso de componer poemas... Espero que la autora no se enfade conmigo por utilizar su foto. ¿A que no, Monjina991?

LA DOBLE ROMERÍA
(Ermita de la Virgen
de los Hitos de Jaraicejo)

Entre ancianos encinares
de la campiña extremeña,
se alza una ermita pequeña
donde a confesar pesares
va la gente lugareña.

Al venir la primavera
con sus prolíferas flores,
se despiertan los fervores
y a nuestra Virgen señera
el pueblo le rinde honores.

Santo solar de oraciones
es nuestra sagrada ermita
que a nuestro pueblo concita
a devotas procesiones
con nuestra Virgen Bendita.

A esta ermita de los Hitos,
ya va doble romería:
unos, a rezos de día
y otros, de noche, a los ritos
de una lujuriosa orgía.

A la sombra secular
del templo, ciertos romeros
van a adorar al dios Eros,
convirtiendo en lupanar
tan venerables veneros.

Con su conducta lobuna,
buscan ávidos la noche
y es lecho de amor el coche
donde, de forma oportuna,
ponen a su fiesta el broche.
(...)
Wenceslao Mohedas Ramos
JARAICEJO (Cáceres), agosto, 2009