Hola, estimados paisanos Fernando, Elías, Lucio, Gema, Susana... Aquí me tenéis otra vez fiel e infaliblemente a la cita en este querido foro monjino. Como dice Elías que yo soy el "maestro", tengo que ser el modelo y dar ejemplo a los demás con mi participación para ver si otros siguen mis pasos y se animan a enriquecer y avivar este foro.
Por vuestras palabras, Fernando y Elías, os lo pasáis bien con vuestros hábitos cinegéticos, cazando palomas entre encinas centenarias y pisando la alfombra verde les las vastas dehesas extremeñas... Elías, me recuerdas las sabrosas y nutricias migas extremeñas (con chorizo, aceitunas, torreznos, pimientos fritos... y bien regadas con un buen vino tinto y con mucho cuerpo de esos que tenemos por el sur de nuestra tierra... para que resbalaran bien por las tragaderas) ¡Claro que me gustaría acompañaros a andar por esos campos queridos que recorrí de pequeño y comer unas migas con vosotros, pero lo que yo no haría sería... matar palomas, símbolos de la paz; tengo alergia a la pólvora y a las armas. Como dijo el poeta "yo vivo en paz con los hombres/ y
en guerra con mis entrañas" (A. Machado).
Elías, ¿tus padres viven en Madrid o en Cáceres? Dales recuerdos míos.
Ahora que está en candelero el tema del cementerio nuclear, atómico, me ha traído a la memoria un poema que compuse cuando se quiso emplazar en Valdecaballeros una central nuclear. Al leer en el periódico "Hoy" una petición a los escritores para que contribuyeran con artículos, poemas u otros textos en contra de ese emplazamiento, yo compuse este poema que os envío (que está en mi segundo libro, "Desde mi ausencia extrema y dura"). Con él puse mi grano de arena poético para que no se ubicara en este pueblo extremeño la central nuclear. "Un poema no derrumba un muro, pero incita a derrumbarlo", dijo un poeta. Espero que os guste. Saludos cordiales y amistosos de vuestro paisano
Wenceslao Mohedas Ramos
Jaraicejo / Barcelona
VALDECABALLEROS
A Fernando Calderón y Conchi Luengo,
por su defensa de lo extremeño.
No traiciones tu nombre y apellido;
¡eres "Valle"..., además "de Caballeros"!
consintiendo que emplacen en tus tierras
un rabioso y atómico avispero;
una planta de frutos nucleares
que emponzoñe tus vegas y veneros
y convierta las aguas de tus ríos
en rodantes, fluviales basureros.
Polvorín de furiosa dinamita
donde laten los átomos guerreros
-los protones, neutrones, electrones-
entre acero y cemento prisioneros.
Tú eres valle de paz y no de guerra.
de encinares, de mieses, de corderos...,
de un bucólico ambiente tan opuesto
a un atómico y vil estercolero.
Eres valle de gentes extremeñas
-labradores, pastores, jornaleros...-
que cultivan parcelas de esperanza
con sus recios esfuerzos, con esmero.
Este valle quisieran convertirlo
en un verde tapete, en un tablero
donde echarse una atómica partida
los magnates de luz y de dinero.
Con atómica y eléctrica energía,
su jugada defienden los logreros
y hasta juegan con trampas-amenazas
de subirnos recibos venideros.
Ellos buscan la luz..., pero con sombras
de amenazas, temores muy severos,
sin contar en sus cuentas las personas
que no rentan el bolsa ni un entero.
Ellos quieren la luz en sus bolsillos
bajo forma radiante de dinero
y horizontes brillantes de intereses
en sus cuentas redondas como ceros.
Les importa muy poco nuestra vida
porque son empresarios y banqueros
que hipotecan, computan y programan
nuestra humilde existencia en sus ficheros.
Preguntad a Hiroshima y Nagasaki,
caballeros de Val-de-caballeros,
que os informen de atómicas memorias
y os presenten los datos verdaderos...
No se puede vivir bajo amenazas,
en estado angustioso y lastimero,
tal los bueyes capones, cabizbajos
en espera del fin, el matadero;
al continuo temor de algún chispazo,
de un escape imprevisto, traicionero,
con su aliento flamígero, "omnicida"
que transforme este valle en un brasero.
No queremos regalo "luminoso",
tan brillante, costoso y lisonjero;
nos lo impide aceptar nuestra modestia
de extremeños tan serios, tan austeros.
No debemos tomar este paquete,
que es un premio más dignos de primeros,
los que están en cabeza de la fila,
no de aquellos que somos los postreros.
Caridad no queremos, sí justicia,
el empleo de ecuánime rasero
en reparto de bienes y de males,
no el injusto mendrugo limosnero;
porque estamos cansados de migajas
de gobiernos centrales, cicateros
que nos dan lo que sobra, la limosna,
lo que otros, más ricos, no quisieron.
No mancilles con átomos tu nombre
tan hermoso, tan noble, tan señero,
que no tenga sonidos de amenazas
ni figure en fatídicos ficheros
y redchaza guerreras resonancias
que recorran ruidosas tal reguero
de una pólvora atómica temida,
pregonando tu infamia al mundo entero.
Que tu valle se torne en cordillera
de protesta que llegue a los "luceros"
con un bosque de brazos que se opongan
a un fatal y nefasto desafuero.
Mi conciencia y mi pluma te acompañan
y te ayudan, tal grano a su granero,
a formar una unánime muralla
que detenga un proyecto tan grosero.
¡No hipoteques tu paz y tu futuro
por posibles mareas de dinero
y haz honor a tu nombre y apellido
que eres "Valle"..., además "de Caballeros"!
Wenceslao Mohedas Ramos
Jaraicejo (Cáceres), agosto, 1990
Por vuestras palabras, Fernando y Elías, os lo pasáis bien con vuestros hábitos cinegéticos, cazando palomas entre encinas centenarias y pisando la alfombra verde les las vastas dehesas extremeñas... Elías, me recuerdas las sabrosas y nutricias migas extremeñas (con chorizo, aceitunas, torreznos, pimientos fritos... y bien regadas con un buen vino tinto y con mucho cuerpo de esos que tenemos por el sur de nuestra tierra... para que resbalaran bien por las tragaderas) ¡Claro que me gustaría acompañaros a andar por esos campos queridos que recorrí de pequeño y comer unas migas con vosotros, pero lo que yo no haría sería... matar palomas, símbolos de la paz; tengo alergia a la pólvora y a las armas. Como dijo el poeta "yo vivo en paz con los hombres/ y
en guerra con mis entrañas" (A. Machado).
Elías, ¿tus padres viven en Madrid o en Cáceres? Dales recuerdos míos.
Ahora que está en candelero el tema del cementerio nuclear, atómico, me ha traído a la memoria un poema que compuse cuando se quiso emplazar en Valdecaballeros una central nuclear. Al leer en el periódico "Hoy" una petición a los escritores para que contribuyeran con artículos, poemas u otros textos en contra de ese emplazamiento, yo compuse este poema que os envío (que está en mi segundo libro, "Desde mi ausencia extrema y dura"). Con él puse mi grano de arena poético para que no se ubicara en este pueblo extremeño la central nuclear. "Un poema no derrumba un muro, pero incita a derrumbarlo", dijo un poeta. Espero que os guste. Saludos cordiales y amistosos de vuestro paisano
Wenceslao Mohedas Ramos
Jaraicejo / Barcelona
VALDECABALLEROS
A Fernando Calderón y Conchi Luengo,
por su defensa de lo extremeño.
No traiciones tu nombre y apellido;
¡eres "Valle"..., además "de Caballeros"!
consintiendo que emplacen en tus tierras
un rabioso y atómico avispero;
una planta de frutos nucleares
que emponzoñe tus vegas y veneros
y convierta las aguas de tus ríos
en rodantes, fluviales basureros.
Polvorín de furiosa dinamita
donde laten los átomos guerreros
-los protones, neutrones, electrones-
entre acero y cemento prisioneros.
Tú eres valle de paz y no de guerra.
de encinares, de mieses, de corderos...,
de un bucólico ambiente tan opuesto
a un atómico y vil estercolero.
Eres valle de gentes extremeñas
-labradores, pastores, jornaleros...-
que cultivan parcelas de esperanza
con sus recios esfuerzos, con esmero.
Este valle quisieran convertirlo
en un verde tapete, en un tablero
donde echarse una atómica partida
los magnates de luz y de dinero.
Con atómica y eléctrica energía,
su jugada defienden los logreros
y hasta juegan con trampas-amenazas
de subirnos recibos venideros.
Ellos buscan la luz..., pero con sombras
de amenazas, temores muy severos,
sin contar en sus cuentas las personas
que no rentan el bolsa ni un entero.
Ellos quieren la luz en sus bolsillos
bajo forma radiante de dinero
y horizontes brillantes de intereses
en sus cuentas redondas como ceros.
Les importa muy poco nuestra vida
porque son empresarios y banqueros
que hipotecan, computan y programan
nuestra humilde existencia en sus ficheros.
Preguntad a Hiroshima y Nagasaki,
caballeros de Val-de-caballeros,
que os informen de atómicas memorias
y os presenten los datos verdaderos...
No se puede vivir bajo amenazas,
en estado angustioso y lastimero,
tal los bueyes capones, cabizbajos
en espera del fin, el matadero;
al continuo temor de algún chispazo,
de un escape imprevisto, traicionero,
con su aliento flamígero, "omnicida"
que transforme este valle en un brasero.
No queremos regalo "luminoso",
tan brillante, costoso y lisonjero;
nos lo impide aceptar nuestra modestia
de extremeños tan serios, tan austeros.
No debemos tomar este paquete,
que es un premio más dignos de primeros,
los que están en cabeza de la fila,
no de aquellos que somos los postreros.
Caridad no queremos, sí justicia,
el empleo de ecuánime rasero
en reparto de bienes y de males,
no el injusto mendrugo limosnero;
porque estamos cansados de migajas
de gobiernos centrales, cicateros
que nos dan lo que sobra, la limosna,
lo que otros, más ricos, no quisieron.
No mancilles con átomos tu nombre
tan hermoso, tan noble, tan señero,
que no tenga sonidos de amenazas
ni figure en fatídicos ficheros
y redchaza guerreras resonancias
que recorran ruidosas tal reguero
de una pólvora atómica temida,
pregonando tu infamia al mundo entero.
Que tu valle se torne en cordillera
de protesta que llegue a los "luceros"
con un bosque de brazos que se opongan
a un fatal y nefasto desafuero.
Mi conciencia y mi pluma te acompañan
y te ayudan, tal grano a su granero,
a formar una unánime muralla
que detenga un proyecto tan grosero.
¡No hipoteques tu paz y tu futuro
por posibles mareas de dinero
y haz honor a tu nombre y apellido
que eres "Valle"..., además "de Caballeros"!
Wenceslao Mohedas Ramos
Jaraicejo (Cáceres), agosto, 1990