En abril de 1699, Carlos II concedió a Jerte el título de villa, lo que hizo que Jerte pasara a ser una localidad independiente de Plasencia. Durante la Guerra Peninsular, la villa de Jerte fue incendiada por las tropas napoleónicas. En la primavera de 1809, Jerte había sido un importante punto de resistencia contra la invasión, impidiéndose desde la villa el acceso de las tropas francesas al valle, hasta el punto de que varios soldados franceses murieron y tres fueron apresados.