La puesta de largo.
En los años 50 y anteriores, en los
pueblos la vestimenta frecuente de los niños, era el pantalón corto o “calzona” (puede que por ahorrar tela), por lo cual deseábamos fervientemente estrenar un “pantalón largo”; cosa que teníamos bastante difícil, los que no teníamos hermanos mayores, de los que los pudiéramos heredar, y generalmente, causaba complejo llevar las “canillas” al aire, cuando ya teníamos conciencia que había otro modo de vestir.
Mi primer pantalón largo y creo que de bastantes otros, que se hallaban en mi misma situación, fue el de mi primera
comunión, por lo que fue un día muy importante, pues daba la impresión de que me estaba haciendo mayor y que pronto dejaría de llevar las aborrecidas calzonas.
Ahora, paradojas de la vida, toda esa generación que renegábamos de las calzonas, les gusta vestir en
verano con pantalón corto, que dicho sea de paso, algunos de cierta edad, nos sienta como a un
santo dos pistolas.
Un saludo
Sixto.