Logrosán está en mitad del campo, ya tenemos naturaleza abundante por todas partes, y autóctona. Dejadnos disfrutar de nuestra nueva plaza, porfa.
Reflexiones: La oportunidad de irse a vivir a un pueblo
A muchos urbanitas se les ha pasado por la cabeza vivir en el pueblo, piensan que de esta manera van a vivir mejor, más tranquilos, en definitiva, ser más felices. Generalmente se tiene una imagen idealizada del pueblo que no se corresponde exactamente con la realidad.
En cantidad de tertulias veraniegas en la terraza de un bar he escuchado frases del estilo: “ ¡Que tranquilo se vive aquí!”, “Me estoy planteando venirme a vivir aquí”, “qué bien estáis en el pueblo”… Los urbanitas suelen crearse una imagen un tanto idealizada de lo que es vivir en un pueblo: no todo son paseos por la naturaleza, prados verdes de película, silencio y tranquilidad.
El pueblo y por consiguiente el campo no es mejor ni peor que la ciudad, simplemente son distintos. Que seas más feliz en un lugar o en otro va a depender de múltiples factores personales.
Eso sí, son dos mundos distintos y cada persona deberá poner en la balanza lo bueno y lo malo de cada lugar para poder decidir, es decir, viviendo en un pueblo, qué es lo que puedes echar en falta y aquello que has de tener en cuenta.
Al pueblo, hay que llegar con una “idea clara de ocupación”, siendo conscientes que también hay facturas que pagar. No todo el mundo se adapta, para ir a un pueblo hay que tener la mente muy asentada
jjc
A muchos urbanitas se les ha pasado por la cabeza vivir en el pueblo, piensan que de esta manera van a vivir mejor, más tranquilos, en definitiva, ser más felices. Generalmente se tiene una imagen idealizada del pueblo que no se corresponde exactamente con la realidad.
En cantidad de tertulias veraniegas en la terraza de un bar he escuchado frases del estilo: “ ¡Que tranquilo se vive aquí!”, “Me estoy planteando venirme a vivir aquí”, “qué bien estáis en el pueblo”… Los urbanitas suelen crearse una imagen un tanto idealizada de lo que es vivir en un pueblo: no todo son paseos por la naturaleza, prados verdes de película, silencio y tranquilidad.
El pueblo y por consiguiente el campo no es mejor ni peor que la ciudad, simplemente son distintos. Que seas más feliz en un lugar o en otro va a depender de múltiples factores personales.
Eso sí, son dos mundos distintos y cada persona deberá poner en la balanza lo bueno y lo malo de cada lugar para poder decidir, es decir, viviendo en un pueblo, qué es lo que puedes echar en falta y aquello que has de tener en cuenta.
Al pueblo, hay que llegar con una “idea clara de ocupación”, siendo conscientes que también hay facturas que pagar. No todo el mundo se adapta, para ir a un pueblo hay que tener la mente muy asentada
jjc