Tengo que reconocer que mucho de esta afición al ganchillo se lo debo a mi vecina de El Coso: la Tomasa, hija de la tía Isidra y madre de Paqui. Hacía preciosidades, perecía un hada con la aguja de ganchillo. Creo que llegué a igualarla: con el ganchillo hago cualquier labor que vea. Ese será el problema en el futuro..."VER".