10. NO RETOMES TUS ACTIVIDADES HABITUALEES hasta que el
médico te lo permita. Por muchas ganas que tengas de volver a hacer
deporte o una vida normal, no esperar el tiempo suficiente para que una lesión mejore o para que la rodilla se recupere tras una intervención, aumenta el riesgo de recaída o de futuras lesiones. En ocasiones, además, puede ser necesaria rehabilitación antes de retomar la actividad física.