EL PAPA FRANCISCO animó a ser valientes y atreverse a acercarse a Jesús, a seguirle, a abrirse a Él con fe. Frente a esa actitud de apertura, alertó de aquellos que, como los escribas, “miraban a Jesús sentados, desde los
balcones, ‘balconeando’ la vida, juzgando a los que seguían a Jesús a los que consideraban personas ignorantes y supersticiosos”.