LOS PRIMEROS GESTOS DE FRANCISCO.
Dos semanas después de empezar su pontificado, acudió en Jueves
Santo a una cárcel de menores de Roma para celebrar la Misa de la Cena del Señor en vez de hacerlo, como es
tradición, en la basílica de
San Juan de Letrán. Lavó los pies de 12 presos —entre ellos, una mujer musulmana— como hizo Jesús con los apóstoles.