Siempre la visita del obispo De. Manuel, despertó gran expectación en el pueblo desde su llegada a la capital por 1950, año que no es imposible olvidar. Recordamos cuando se le hizo un arco con ramaje por la puerta de la "tía Fermina", en un descuido, empezaron a darles mordiscos, con la contrariedad para unos... Y las risas para los otros. SALUDOS.