Esta tierra que nos vio nacer en todo momento por donde vayamos nos va ofreciendo ver encinas y montones de piedras, ya dudo que habrá más si montones de piedra o encinas.
Ya no habrá montones de piedra en nuestros campos, porque no se habitará en chozos ni majadas, ni habrá casa del labrador. Ni restos de hornadas donde se cocinaba el puchero del labrador, segador y trilladoras. Nadie preguntará: y estas piedras porque estarán aquí y también colocadas. Pero la vida seguirá, y poco o nada ya importará SALUDOS.