Así, se rebajará ostensiblemente la factura de la luz, y no seremos tan reacios, pirno decir "tacaños"
.... para que nuestra iglesia, luzca son indudable esplendor. Y es que ya hemos quedado cuando - sobre todo en las tardes noches, había que encender las velas de una lámpara, que estaba situada en el centro del crucero, a la que se bajaba y se usaba con una cuerda, que se ataba a la derecha, ya que a la izquierda estaba el púlpito; donde el cura D. Celso daba órdenes o sugerencias al tío Manuel, sacristán en " latín macarronico", y que los feligreses no se enteraban en su gran mayoría. SALUDOS.