RELATOS AL ATARDECER-CCXXII.
UN PADRE Y SUS DOS HIJAS. Erase una vez un padre que tenía dos hijas de las que se sentía muy orgulloso. A una la había casado con un hortelano y a la otra, con un fabricante de ladrillos. Hacía tiempo que no iba a visitarlas, por lo que un día decidió dedicarles una jornada entera. Cuando llegó a casa de la que había formado una familia con el agricultor, le preguntó qué tal iban las cosas. Y ella le respondió: Todo va de fábula, pero si tengo un deseo es que llueva ... (ver texto completo)
UN PADRE Y SUS DOS HIJAS. Erase una vez un padre que tenía dos hijas de las que se sentía muy orgulloso. A una la había casado con un hortelano y a la otra, con un fabricante de ladrillos. Hacía tiempo que no iba a visitarlas, por lo que un día decidió dedicarles una jornada entera. Cuando llegó a casa de la que había formado una familia con el agricultor, le preguntó qué tal iban las cosas. Y ella le respondió: Todo va de fábula, pero si tengo un deseo es que llueva ... (ver texto completo)