Hay edificaciones que aún siendo aparentemente poco importantes parecen que están destinadas a permanecer siempre con nosotros aunque sea con poco de vida y esta es una de ellas.
Las
piedras no hablan pero siempre quieren decirnos algo y con un poco de pericia podemos llegar a tener conclusiones acertadas.
Esta edificación la hemos conocido con un
tejado y ahí descansaban y comían los trabajadores de la maquina trilladora cuando estaba trillando en
la era.