RELATOS AL ATARDECER-CCLX
EL HOMBRE QUE NO VIO A NADIE. En el antiguo reino de Qi hubo una vez un hombre que tenía una sed insaciable de oro. Era muy pobre y su trabajo no le permitía obtener grandes riquezas. Apenas contaba con lo justo para sobrevivir. Aún así, vivía completamente fascinado por la idea de obtener oro.
Este hombre sabía que en el mercado había varios comerciantes que ponían hermosas figuras de oro en sus puestos de venta. Tales objetos reposaban sobre un hermoso manto de terciopelo. ... (ver texto completo)
EL HOMBRE QUE NO VIO A NADIE. En el antiguo reino de Qi hubo una vez un hombre que tenía una sed insaciable de oro. Era muy pobre y su trabajo no le permitía obtener grandes riquezas. Apenas contaba con lo justo para sobrevivir. Aún así, vivía completamente fascinado por la idea de obtener oro.
Este hombre sabía que en el mercado había varios comerciantes que ponían hermosas figuras de oro en sus puestos de venta. Tales objetos reposaban sobre un hermoso manto de terciopelo. ... (ver texto completo)