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MEMBRIO (Cáceres)

naturaleza, es tiempo de relacionarse
Foto enviada por tasio

El que es cazador y pasea por el campo con un agricultor nota pronto..... tasio.
Se notará que el cazador se pone contento cuando ver un ciervo para cazarlo y el agricultor se pone enfadado si lo ve que se está comiendo el sembrado y nadie le pagará los daños ocasionados.
¡Jesús, Jesús............... siempre pierden los mismos!
CRÓNICA SOCIAL-. HASTA CUANDO ESTE SIN VIVIR.
VIRGO, totalmente de acuerdo con tu opinión y ademas añaderiamos, uno observa el campo desde la diversión y los otros del trabajo, que por ahí podríamos añadir el mal pagado, sufrimiento, mal alimentados, etc.., menos mal que los tiempos cambian continuamente y últimamente en constante evolución con la incógnita de no saber el destino, como anécdota podemos decir que después de tantos años compartiendo el mar años tras años y días por días por primera ... (ver texto completo)
EL CAZADOR Y EL AGRICULTOR.
"El que es cazador y pasea por el campo con un agricultor nota pronto la diferencia entre el paisaje que ante sí tiene y el que existe para su acompañante. El agricultor, por ejemplo, no suele oír y, desde luego, no percibe distintamente los ruidos campesinos. Las lejanas voces de las aves no son por él reconocidas: los rumores mágicos de la campiña, que para el cazador son signos inequívocos de su claro mensaje telúrico, no dicen nada al que vive en el campo con el fin ... (ver texto completo)
El que es cazador y pasea por el campo con un agricultor nota pronto..... tasio.
Se notará que el cazador se pone contento cuando ver un ciervo para cazarlo y el agricultor se pone enfadado si lo ve que se está comiendo el sembrado y nadie le pagará los daños ocasionados.
¡Jesús, Jesús............... siempre pierden los mismos!
EL CAZADOR Y EL AGRICULTOR.
"El que es cazador y pasea por el campo con un agricultor nota pronto la diferencia entre el paisaje que ante sí tiene y el que existe para su acompañante. El agricultor, por ejemplo, no suele oír y, desde luego, no percibe distintamente los ruidos campesinos. Las lejanas voces de las aves no son por él reconocidas: los rumores mágicos de la campiña, que para el cazador son signos inequívocos de su claro mensaje telúrico, no dicen nada al que vive en el campo con el fin ... (ver texto completo)