RELATOS AL ATARDECER-CCCII.
LA ANCIANA Y EL CURANDERO. Una anciana que estaba enferma de la vista llamó a un médico con la promesa de pagarle generosamente si conseguía curarla. Al día siguiente, éste se presentó en su casa, le preparó unas gotas y le dijo que iría cada semana a echárselas en los ojos.
Sucedió que, cada vez que le ponía las gotas, la mujer no podía abrir los ojos durante varias horas, y el avaricioso curandero aprovechaba para llevarse algún objeto de la casa. Cuando ya no quedó ... (ver texto completo)
LA ANCIANA Y EL CURANDERO. Una anciana que estaba enferma de la vista llamó a un médico con la promesa de pagarle generosamente si conseguía curarla. Al día siguiente, éste se presentó en su casa, le preparó unas gotas y le dijo que iría cada semana a echárselas en los ojos.
Sucedió que, cada vez que le ponía las gotas, la mujer no podía abrir los ojos durante varias horas, y el avaricioso curandero aprovechaba para llevarse algún objeto de la casa. Cuando ya no quedó ... (ver texto completo)