EL RÍO DE CÁCERES
... Y EL POTAJE RESUCITO...
Arroz, patata y bacalao desfilaban como capirotes en aquellos fogones lentos que procesionaban a ras de la ventana que miraba a Las Tenerías. La olla humeaba dejando el vaho empañados los cristales y la voz de la madre tocaba a rebato para que sus retoños se sentaran a la mesa. Era domingo. El potaje resucitó
La comida era la luz que velaba el mundo al salir del caserón. Ella recorría a pie la Ribera bajo el sol de abril, cuando la tarde se alargaba ... (ver texto completo)
... Y EL POTAJE RESUCITO...
Arroz, patata y bacalao desfilaban como capirotes en aquellos fogones lentos que procesionaban a ras de la ventana que miraba a Las Tenerías. La olla humeaba dejando el vaho empañados los cristales y la voz de la madre tocaba a rebato para que sus retoños se sentaran a la mesa. Era domingo. El potaje resucitó
La comida era la luz que velaba el mundo al salir del caserón. Ella recorría a pie la Ribera bajo el sol de abril, cuando la tarde se alargaba ... (ver texto completo)