RELATOS AL ATARDECER - CCCLIII
EL ERMITAÑO ARISCO. Un ermitaño conocido por su carácter hosco vivía solo en una ermita situada en la cordillera del Himalaya. Cierto día, un hombre que viajaba por la región se topo con él y, respetuosamente, le dijo: Buen hombre, se encuentra usted bien. Como voy a estar bien. Puede estar bien un hombre que es un prisionero, respondió. Cómo puede usted decir eso si puede moverse a su antojo por este sitio tan espectacular, le preguntó, perplejo, el visitante. Todo ... (ver texto completo)
EL ERMITAÑO ARISCO. Un ermitaño conocido por su carácter hosco vivía solo en una ermita situada en la cordillera del Himalaya. Cierto día, un hombre que viajaba por la región se topo con él y, respetuosamente, le dijo: Buen hombre, se encuentra usted bien. Como voy a estar bien. Puede estar bien un hombre que es un prisionero, respondió. Cómo puede usted decir eso si puede moverse a su antojo por este sitio tan espectacular, le preguntó, perplejo, el visitante. Todo ... (ver texto completo)