La primavera en nuestro pueblo es maravillosa, no tiene nada que envidiar a otros espacios naturales. Dar un paseo en bici o andando por los caminos, el pantano o la ribera contemplando el verde de los huertos, las jaras y tomillos florecidos, el cantar inagotable de los pájaros, el de los grillos y la presencia encantadora de las cigüeñas en los nidos, da lugar a un esplendor de paz y tranquilidad, muy distinto al de las grandes ciudades. Muy bien cuando por causalidad se coincide con fiestas especiales ... (ver texto completo)