la callejina angosta ¡que recuerdos!, formaba parte de nuestra vida social, a ella ibamo con nuestras
amigas y vecinas a depositar nuestros "residuos organicos sólidos" (porque los líquidos ya teníamos la "vica" en
casa), momento que aprovechabamos para contarnos nuestras intimidades, durante el trayecto la abuela de mi
amiga y vecina, nos cantaba romances antiguos, que hasta nos hacian llorar, a ella ibamos a ver salir las culebras de sus agujeros, o las camisas que iban dejando en las paredes,
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